jueves, 30 de octubre de 2008

Control de calidad, aseguramiento de la calidad y calidad total (III)

En esta época se puede decir que la calidad sale de la planta de producción. Así, no sólo abarca el proceso durante la vida del producto dentro de la fábrica, sino también su comportamiento en el mercado. Surgen conceptos tales como vida útil del producto, adecuación al uso, rechazos, etc.


La etapa de los años 1980-1990 es la de los mercados cambiantes. Se trata de una
época de inestabilidad financiera, en la que se acumulan todos los aspectos citados. Llega a un momento de tal saturación de los mercados, que no basta con que los productos tengan una calidad reconocida y reconocible, a un precio adecuado, sino que
es preciso además que satisfagan no sólo estos requisitos explícitos, sino también los latentes. Es el gran momento de la publicidad, de los estudios de mercado, de toda una serie de técnicas que intentan averiguar qué quiere el cliente, aunque este no sepa que realmente está deseándolo.

martes, 28 de octubre de 2008

La normativa industrial (II)

Cuanto más completo es el conjunto de Normas sobre un ámbito industrial, más seguro puede decirse que es éste Las Normas como tal no son de obligado cumplimiento, salvo que específicamente se haya declarado así por una disposición legislativa o gubernativa, que sí que puede descansar en una norma específica para obligar a cumplir un requisito de seguridad.

En tal caso, puede el legislador acumular y sistematizar las normas que considera deben ser obligatorias, y promulgarlas como legislación propiamente dicha.

El caso más preclaro es quizá el norteamericano, donde el Code of Federeal Regulations (su Boletín 0ficial del Estado) recoge en títulos específicos lo relativo a la seguridad de las industrias más problemáticas. Así, en el 10 CFR se recoge todo lo relativo a Energía Nuclear, y en el 40CFR todo lo de la Industria Química. Cada uno de esos títulos legislativos se subdivide en secciones. Por ejemplo, el 10CFR20 es una especie de Reglamento sobre sustancias radiactivas, y entre otras cosas establece las concentraciones máximas permitidas en aire y en agua, de los diversos radionucleidos

Las normas, pues, configuran el marco de referencia más inmediato para las personas involucradas en actividades industriales.

Pero ningún técnico actual puede ser especialista en todas las materias, y a buen seguro que en su labor se cruzarán, para su aplicación, multitud de Normas que, si es un técnico responsable, debe entender. Ésto se debe lograr precisamente mediante asignaturas, textos y prontuarios que expliquen las bases metodológicas de la Seguridad Industrial, los fundamentos de los riesgos que pueden aparecer en diversas materias y la realidad física -con sus daños potenciales- que subyace en las Normas. A menudo, lo que salva de la catástrofe es precisamente ésto: la comprensión. En primer lugar, porque los hombres no somos autómatas, y hasta en la aplicación de algo tan concreto como debe ser una Norma, hay algo siempre de interpretativo o circunstancial. En segundo lugar, porque las Normas no pueden cubrir toda la casuística imaginable, ni tendría sentido que la intentasen cubrir, porque entonces sería inaplicable

En España la actividad normativa se contempla como parte esencial de la infraestructura industrial, y como tal está contemplada en el R.D. 2200/1995, que desarrolla estos aspectos a partir de la ley de Industria de 1992.

La metodología basada en normativa simplifica, como hemos dicho, el proceso de aplicación y verificación de los principios de seguridad industrial, pero tiene como inconveniente menor el hecho de que genera una excesiva confianza por parte de los proyectistas y analistas de seguridad industrial, que sustituyen el rigor de un análisis completo de seguridad por la aplicación directa de una norma, sin cuestionarse la licitud
de utilización de dicha norma, y las cuestiones interpretativas o circunstanciales que puedan variar de unos casos a otros. En definitiva, aunque es esencial e importantísimo, sobre todo valorándolo en términos generales, la adopción y utilización de normas, sin embargo conviene hacer énfasis en la importancia de que las normas sean entendidas por quiénes las aplican.

La aspiración de que el cuerpo de normas provea de esa cobertura exhaustiva a la que aludíamos no siempre es accesible, especialmente en las tecnologías emergentes, y va siendo cada vez más facil de obtener cuando, mediante la acumulación de experiencias
y la incorporación paralela de análisis de seguridad, se logra una descripción completa y profunda de los fenómenos involucrados.

Lo anteriormente mencionado representa la metodología analítica de la seguridad industrial, con la cual no concluye toda la responsabilidad de este área de ingeniería.
Esa metodología permite conocer exhaustivamente los sistemas industriales y sus riesgos, pero no implica que mediante dicho conocimiento se vayan a obtener los resultados apetecibles.

domingo, 26 de octubre de 2008

La normativa industrial (I)

Para asegurar la exhaustividad en estos estudios es muy útil el uso de Normativa. La práctica industrial de establecer normas es muy antigua, pues aporta ventajas de numeroso tipo y ayuda a sistematizar y a hacer operativo el estado del arte. No todas las Normas, ni mucho menos, tienen connotaciones de seguridad, pues muchas van orientadas a la estandarización de elementos y dispositivos o al establecimiento y demostración de parámetros de calidad. Aún así, estas Normas no orientadas a la Seguridad suelen tener un efecto indirecto muy positivo en ella, pues la calidad y la estandarización son factores que reducen sustancialmente la incertidumbre de las prestaciones de los materiales y de los productos, y ello contribuye a acotar el carácter estocástico de la seguridad, y a hacer más representativas las estadísticas de las que se disponga.

En este sentido hay que señalar la importancia de los datos actuariales y series estadísticas sobre fallos de equipos, averías, incidentes y accidentes. Ello constituye la única referencia experimental en accidentología real, pues no tendría sentido producir accidentes para estudiarlos. Pero la acumulación de datos puede tener muy poca significación estadística si los componentes y equipos involucrados son totalmente dispares unos de otros. Por el contrario, de responder a una misma normativa, la valoración o representatividad estadística es mucho mayor, y de los datos actuariales
se pueden determinar valores tales como el Tiempo Medio Entre Fallos (MTBF en terminología inglesa) o la tasa de fallos y la varianza asociadas a una tipología dada de sucesos.

De cara a asegurar la completitud del análisis de riesgos es prudente utilizar guías genéricas que se vayan concretando o acotando al caso real en estudio. Por ejemplo, la Directiva Marco europea 80/1.107 CEE sobre Orígenes de Riesgos es una referencia clásica en este ámbito, y en ella se distinguen tres grandes agentes peligrosos

-Químicos (contaminantes, toxicología, materiales agresivos,...)
-Físicos (temperatura, presión, radiaciones, electricidad, energía cinética, ruido y vibraciones,...)
-Biológicos (bacterias, virus,...)

Obviamente una Directiva Marco es demasiado genérica, y en la mayor parte de los casos existe una Normativa mucho más específica que aborda el tema de modo mucho más eficiente. Tal es la situación, por ejemplo, de los productos industriales en general,y en particular los contemplados en las Directivas del Nuevo Enfoque de la Unión Europea, descritas en el capítulo sobre este tema, en este mismo libro.

Habitualmente, las Normas son establecidas por Comités Técnicos donde concurren muchos de los más prestigiosos especialistas del tema que se trate. Podría decirse, con carácter general, que cuando un Comité de esta naturaleza se reúne para establecer una norma, todo el acervo científico de ese tema queda puesto encima de la mesa de discusión.

Estos Comités Técnicos suelen actuar bajo los auspicios de una entidad ad hoc, que en España es AENOR, la Asociación Española de Normalización y Certificación, aunque hay países donde son varias las instituciones que emiten normas. El caso más completo y complejo es el norteamericano. Existe en USA el ANSI (American National Standard Institute) que viene a ser como la institución paraoficial de normalización (standard = norma) pero en USA son muy potentes las Asociaciones sectoriales, y son ellas las que elaboran directamente las normas. Tal es el caso de las ASME (American Society of Mechanical Engineers) las ASTM (American Society for Testing and Materials) las IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineers) las ASHRAE, TEMA, AIP y varias otras.

En el marco internacional hay que dejar constancia de la ISO (International Standard Organisation) que es la referencia fundamental en Normas de Calidad, y en el marco de la Unión Europea existe el CEN, Commité Européen de Normalization, con su rama eléctrica, CENELEC, y la dedicada a telecomunicación, ETSI.

Muchas de las normas elaboradas por una asociación terminan siendo incorporadas a otros cuerpos de normas. Por ejemplo, muchas de las normas ISO devienen normas europeas, EN, y a su vez pueden incorporarse como normas españolas, UNE, o normas alemanas, DIN, o británicas, BS, etc.

viernes, 24 de octubre de 2008

Metodología analítica (III)

La naturaleza y aplicación de los análisis coste-beneficio se estudiará con más detalle en el punto 5 de este capítulo, en el contexto de la seguridad de las instalaciones susceptibles de sufrir accidentes graves. Es una herramienta que debe complementarse con los Estudios Fiabilísticos de Seguridad, también denominados APS (Análisis Probabilísticos de Seguridad).

No todas las metodologías de seguridad tienen fundamento estocástico. Al contrario, las relativas a la Seguridad Ocupacional y a la Seguridad de Productos suelen tener una base de limitaciones de tipo determinista.

El por qué de este determinismo es muy simple: el cuerpo humano tiene limitaciones obvias y bien conocidas para soportar los efectos de agentes físicos y químicos.

Por ejemplo, por encima de 45 0C, el agua produce quemaduras de cierta significación
en la piel. Por encima de 1 ppm (parte por millón) de cloro en el aire, la agresión de éste
a los tejidos humanos (sobre todo, mucosas) es insoportable. Por ello se deben poner límites físicos y químicos a diversas variables (temperaturas, concentraciones de sustancias,...) y estos límites no deben sobrepasarse en ninguna condición de trabajo contemplable en el proyecto o en la funcionalidad de la instalación. Por supuesto, la incertidumbre asociada a la naturaleza, a los materiales físicos recipientes, máquinas y al factor humano podrán hacer aparecer otras condiciones en las que se rebasen esos límites, pero ello pertenece ya al ámbito de la fiabilidad y al análisis de accidentes graves.

En relación con los límites de concentraciones y otras variables, cabe señalar la problemática de seguridad asociada a los subproductos o residuos. En España generamos al año del orden de 400.000 toneladas de residuos tóxicos o peligrosos. Su correcta disposición es también objeto de la Seguridad Industrial, y se han de valorar los riesgos asociados a ellos en la triple vertiente de daños humanos, daños económicos, y daños al medio ambiente.

De hecho, uno de los requisitos metodológicos esenciales en la Seguridad Industrial es
su completitud, es decir, atender en su análisisa todas las posibles causas de riesgo y a todos los posibles efectos potenciales. Ello implica atender a todo el ciclo de vida de los procesos y de los productos, desde las materias primas al resultado final, incluyendo actividades de mantenimiento y, como ya se ha dicho, residuos y subproductos.

miércoles, 22 de octubre de 2008

La Seguridad Industrial Integral (II)

Mención aparte merecen las Normas de Calidad, pues entre otras cosas sirven para respaldar la validez de los procedimientos empleados. El mundo de la infraestructura de la calidad ha experimentado una notoria evolución en estos últimos años, y ello ha repercutido incluso en la articulación legal de la seguridad industrial en nuestro país, como es el caso del R.D. 2200/1995, que establece las directrices básicas en las funciones de acreditación, certificación, inspección, ensayo y normalización.

El análisis de riesgos de las instalaciones industriales no sólo debe usarse como elemento evaluador en la concesión o no de un permiso de funcionamiento, sino como herramienta para identificar mejoras en los procesos y en las instalaciones con objeto de minimizar los daños potenciales. En esta línea son así mismo imprescindibles las Normas y Guías, aún cuando no tengan carácter obligatorio. Más aún, este carácter debe ser conferido por los propios titulares de la propiedad de las instalaciones, que tiene el deber de velar por su Seguridad, en el sentido más amplio. De esa manera, a partir de Normas y Guías genéricas, en una instalación de gran porte se deben elaborar los Manuales de Procedimientos y las Especificaciones de Funcionamiento que deben regir con carácter obligatorio todas las actividades en la instalación.

Aún a riesgo de parecer muy simplistas, y hablando en términos internacionales, podría decirse que la legislación orientada a la protección de la población contra efectos de las aplicaciones e instalaciones industriales, queda a menudo en mera definición de responsabilidades civiles y penales de notoria entidad y, en cuanto a aspectos técnicos, en exigencias genéricas para que se actúe con seguridad. Pero queda un tanto etérea la concreción de cuáles deben ser las cotas de seguridad y el cómo se demuestra haber alcanzado esas cotas en el diseño y operación de las instalaciones y procesos.

Una situación singular se da en el campo concreto de las radiaciones ionizantes, donde todos los países con este tipo de instalaciones han optado por Organismos de alta competencia técnica para resolver este problema. En España se trata del Consejo de Seguridad Nuclear, que depende directamente del Congreso de los Diputados, y cuyos dictámenes de seguridad obligan a detener el funcionamiento de una instalación o a permitir éste sólo bajo ciertas especificaciones técnicas, cuya demostración de cumplimiento se hace en base a medidas muy fiables de determinadas magnitudes físicas (radiológicas y convencionales).

Volviendo al carácter genérico, en la Unión Europea están vigentes las llamadas Directivas Séveso, la segunda de las cuales es muy reciente (Directiva 96/82/EC del año 1996) que tratan de Accidentes Mayores que involucren sustancias peligrosas. En varios capítulos de este libro (véanse el de Domingo Moreno y Mario Grau y el de Tomás Briñas) se tratan con mayor extensión estos temas.

Es importante notar que los aspectos técnicos de la Directiva Séveso II se centran en el Informe de Seguridad exigido en su Art.9. De nada vale enfatizar la importancia de la seguridad si no se concreta de manera técnica esa exigencia. De ahí la importancia del Informe de Seguridad, documento tradicional en la industria nuclear, pero que de esta manera se extiende a toda actividad industrial que implique un daño potencial alto, pues
el término Sustancias Peligrosas es muy amplio, aunque esté especialmente asociado
a la industria química y a la energética.

El gran desafío de la Seguridad Industrial Integral es formular adecuadamente estos
Informes de Seguridad y hacerlos útiles para la minimización de riesgos. El Anexo II de
la citada Directiva impone el contenido mínimo de los Informes de Seguridad, pero se trata de disposiciones genéricas relativas a:

Información sobre el sistema de gerencia y sobre la organización de la instalación con vista a la prevención de accidentes mayores.
Descripción del entorno de la instalación (demográfico, meteorológico, hidrográfico, etc….)
Descripción de la instalación (con inventario de sustancias peligrosas, descripción de procesos, métodos de operación,…)
Análisis de riesgos y métodos de prevención (que es el núcleo técnico de las medidas a adoptar para prevenir o evitar de raíz los accidentes, y que presenta una fenomenología variadísima en función del tipo de instalación, nivel de las magnitudes físicas y demás). Medidas de protección e intervención para limitar las consecuencias de los accidentes
(que es el otro gran pilar técnico de la Seguridad, y que comienza por requerir una red de sensores y monitores que permitan conocer la evolución de un accidente).

Es mucho lo que cabe hacer en estos dos últimos campos, en los que de verdad descansa la realidad de la Seguridad Industrial de grandes instalaciones y gracias a los cuales se pueden convertir en realidad los deseos expresados de proteger a la población.

Una pieza importante en esta metodología, pero no la única, es el estudio de accidentes precedentes, aunque sean de pequeña escala. Eso ayudaría a algo importante: la sistematización de estos precedentes para formular la accidentología general, con lo cual sí podría mejorarse sustancialmente la Seguridad Industrial. Es obvio que tal sistematización es de tipo sectorial, ésto es, dependiente de cada industria, y aún en cada rama industrial cabría distinguir subdivisiones. Lo ideal sería disponer para cada una de ellas de un “Standard Review Plan” o “Plan Normativo de Revisión de la Seguridad”, al cual acogerse tanto para la elaboración del Informe de Seguridad como para su revisión o evaluación por la autoridad competente.

lunes, 20 de octubre de 2008

La Seguridad Industrial Integral (I)

Para las instalaciones y procesos industriales, y en particular para los llamados Accidentes Graves o Mayores, el método determinista basado en la identificación de peligros y su evitación mediante medidas de protección no es en general posible, y la aproximación fiabilística se impone. En este caso aparece la palabra riesgo en su sentido conceptual más puro, como el resultado de multiplicar un daño identificado por la probabilidad de que dicho daño acaezca. El riesgo podría así asociarse a grandes daños con muy pequeña probabilidad de ocurrencia (Seveso, Bhopal, Chernobyl) o a pequeños daños que son relativamente frecuentes (minería, construcción, pesca marítima…)

Técnicas como las de árboles de sucesos y árboles de fallos son bien conocidas en este ámbito de análisis de riesgo, donde los efectos de un accidente pueden o bien mitigarse por las medidas y reacciones oportunas, o bien acrecentarse por concurrencia de circunstancias o procesos desafortunados (con mayor o menor probabilidad de que estén presentes en ese momento). Accidentes de este tipo, nacidos de una mera chispa de soldadura y magnificados hasta pérdidas de cientos de millones de pesetas, fueron los famosos incendios del Liceo de Barcelona y del Pabellón de los Descubrimientos de la Exposición Internacional de Sevilla de 1992. En los Accidentes Graves como los mencionados (Seveso, Bhopal, Chernobyl) la dimensión catastrófica y luctuosa que se alcanzó se debió a los propios procesos industriales de esas instalaciones , donde la densidad de potencia y el contenido de materias tóxicas eran extraordinariamente elevados.

Cuando la técnica se aplica en el contexto probabilista, se ha de conocer la tasa de fallo
de los sucesos iniciadores, lo cual no suele ser un requisito fácil de cumplir, pues sobre los modos y probabilidades de fallo pesa mucha incertidumbre, y la significación estadística de la experiencia es por lo general muy pobre. Adicionalmente se ha de conocer o presuponer la ley binomial de fallo/no fallo de los elementos de seguridad, o salvaguardias, dispuestos para evitar que el fallo tenga consecuencias mayores. A la postre, se determina un árbol lógico de mayor o menor ramificación, y cada una de sus puntas refleja un estado de la instalación o del producto, al que se asocia un nivel de efectos o daños.

Complementariamente, el análisis de sucesos puede establecerse con secuencia revertida: se parte de un suceso indeseable (por ejemplo, fuga de un gas tóxico) y se analiza, aguas arriba de los procesos, cuales son los sucesos que pueden dar lugar a dicha situación indeseable.

Un requisito fundamental de la ingeniería de seguridad es que ha de ser sistemática. En algunos casos el ingeniero puede encontrarse ante aplicaciones tan novedosas que la experiencia anterior sea poco útil, pero lo habitual es lo contrario: que haya un cuerpo de experiencia general tan amplio que dicho estado del arte se pueda sistematizar en Normas. En principio, estas Normas carecen de obligatoriedad si bien algunas de ellas pueden quedar respaldadas por disposiciones legales, en cuyo caso si devienen de obligado cumplimiento.

Las Normas se elaboran fundamentalmente por asociaciones profesionales independientes, que a veces pueden recibir apoyo estatal, como es el caso mayoritario en Europa, dado que la actividad de normalización es eminentemente deficitaria. Estados Unidos es el país de mayor tradición normativa, canalizada en gran medida a través del American National Standard Institute (ANSI) pero en la que el mayor peso lo llevan asociaciones tales como ASME (American Society of Mechanical Engineering), IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineers) etcétera. En España, la normalización se canaliza a través de AENOR, y en el ámbito de la Unión Europea hay que contar con el Comité Europeo de Normalización (CEN), más los entes específicos de electricidad (CENELEC) y telecomunicación (ETSI).

sábado, 18 de octubre de 2008

Alcance de los accidentes graves (I)

Antes de proseguir es conveniente introducir las definiciones, que figuran en la directiva 96/82/CE, y en la Resolución de 30/1/91, de ciertos conceptos que nos permitirán aclarar y en cierto modo delimitar el contenido del tema. Estas son:
1. Establecimiento: la totalidad de la zona bajo el control de un industrial en la que se encuentren sustancias peligrosas en una o varias instalaciones, incluidas las infraestructuras o actividades comunes o conexas

2. Instalación: una unidad técnica en el interior de un establecimiento en donde se produzcan, utilicen, manipulen o almacenen sustancias peligrosas. Incluye todos los equipos, estructuras, canalizaciones, maquinaria, instrumentos, ramales ferroviarios particulares, dársenas, muelles de carga o descarga para uso de la instalación, espigones, depósitos o estructuras similares, estén a flote o no, necesarios para el funcionamiento de la instalación



3. Industrial: cualquier persona física o jurídica que explote o posea el establecimiento o la instalación o, si está previsto en la legislación nacional, cualquier persona en la que se haya delgado, en relación con el funcionamiento técnico, un poder económico determinante.

4. Sustancias peligrosas: las sustancias, mezclas o preparados enumerados en el Anexo I
o que cumplan los criterios establecidos en el Anexo II, y que estén presentes en forma
de materia prima, productos, subproductos, residuos o productos intermedios, incluidos aquellos de los que se pueda pensar justificadamente que se forman en caso de accidente.

5. Accidente grave: un hecho como una emisión, incendio o explosión importantes, que resulte de un proceso no controlado durante el funcionamiento de cualquier establecimiento al que se aplique la Directiva 96/82/CE, que suponga un peligro grave,
y sea inmediato o diferido, para la salud humana o el medio ambiente, dentro o fuera del establecimiento, y en el que intervengan, una o varias sustancias peligrosas.

6. Peligro: la capacidad intrínseca de una sustancia peligrosa o una situación física de ocasionar daños a la salud humana o al medio ambiente.

7. Riesgo: la probabilidad de que se produzca un efecto específico en un periodo de tiempo determinado o en circunstancias determinadas.

8. Almacenamiento: la presencia de una cantidad determinada de sustancias peligrosas confines de almacenamiento, depósito en custodia o reserva.

9. Daño: la pérdida de vidas humanas, las lesiones corporales, los perjuicios materiales y el deterioro grave del medio ambiente, como resultado directo o indirecto, inmediato o diferido de las propiedades tóxicas, inflamables, explosivas u oxidantes de las sustancias peligrosas, y a otros efectos físicos o fisicoquímicos consecuencia del desarrollo de las actividades industriales

10. Elemento vulnerable: las personas, el medio ambiente y los bienes que pueden sufrir daño como consecuencia de los accidentes graves.


11. Umbral: valor de la magnitud física peligrosa a partir de la cual se justifica la aplicación
de una determinada medida de protección y sirve, para definir los límites de las zonas objeto de planificación

12. Dosis: cantidad de una sustancia incorporada al organismo por cualquier vía de exposición

13. Efecto dominó: concatenación de efectos que multiplica las consecuencias debido a que los fenómenos peligrosos pueden afectar, además de los elementos vulnerables exteriores, otros recipientes, tuberías o equipos de la instalación provocando otros fenómenos peligrosos con consecuencias adicionales.


De estas definiciones y del planteamiento inicial es fácil intuir la gran variedad de los accidentes graves causados por fallos excepcionales no esperados en los establecimientos en que se encuentren o puedan generarse en el futuro ciertas sustancias peligrosas (tóxicas, inflamables, explosivas, comburentes, etc) en cantidades iguales o superiores a los valores umbral que se consideran seguros.

Generalmente, la secuencia de sucesos imprevistos se producen en la fabricación, almacenamiento y transporte en el interior de los establecimientos provocando víctimas y daños materiales en el interior o exterior de los establecimientos

jueves, 16 de octubre de 2008

Introduccion (II)

Dependiendo de ciertos factores, las posibles actuaciones que comentaremos posteriormente son:

Por parte del titular del establecimiento:

- Notificación
- Establecimiento de una política de prevención de accidentes graves
- Elaboración de un informe de seguridad
- Sistema de gestión de la seguridad
- Plan de emergencia interior
- Comunicación de accidentes graves


Por parte de la autoridad competente:

- Revisión informe de seguridad
- Plan de emergencia exterior
- Información a la población
- Inspección y prohibición de explotación
- Análisis e investigación de accidentes graves
- Comunicación de datos a la Comisión de la Unión Europea


martes, 14 de octubre de 2008

Planteamiento (III)

El Enfoque Global recogido en la “Resolución del Consejo de 21 de diciembre de 1989 relativa a un planteamiento global en materia de evaluación de la conformidad” destaca la importancia que tiene crear las condiciones necesarias para al funcionamiento del principio de reconocimiento recíproco, tanto en el ámbito reglamentario (obligatorio) como en el no reglamentario. Asimismo, adopta una serie de directrices que configuran la política europea de evaluación de la conformidad, de entre las que cabe destacar:

-La legislación comunitaria deberá ser coherente entre sí en cuanto a los procedimientos de evaluación de la conformidad, mediante una tipificación modular de las mismas. Asimismo deberá contemplar los aspectos relacionados con la autorización y notificación de los Organismos de Control y los referidos a la utilización de la marca CE.

-Se fomentará en todos los Estados Miembros de la Comunidad, y en la propia Comunidad, la utilización de las normas europeas EN 29000 y EN 45000. relativas a técnicas de la calidad en el ámbito de la empresa y en el de los organismos dedicados a actividades de ensayo y certificación. Se fomentará igualmente la creación de sistemas de acreditación.

-Se fomentarán los acuerdos de reconocimiento recíproco en materia de ensayos y certificación entre los organismos que actúan en esos campos.

-Se analizarán las diferencias de desarrollo en materia de infraestructuras de seguridad y calidad entre los diversos países comunitarios, para tratar de nivelar las mismas en el conjunto de la Unión Europea.

-La Comunidad intentará fomentar los intercambios con países terceros de productos sometidos a reglamentación, asegurándose que los reconocimientos recíprocos que se establezcan, impliquen la aceptación de ensayos, certificados y marcas emitidos por los organismos designados al efecto. Estos deberán tener un nivel técnico equivalente al que se exige a sus homólogos comunitarios.


La principal innovación de esta nueva filosofía comunitaria consiste en la utilización de los instrumentos de demostración de la calidad en el ámbito reglamentario de la seguridad, promoviendo la utilización de la normalización europea, y el establecimiento de unos procedimientos homogéneos y transparentes de evaluación de la conformidad
(Acreditación, Certificación, Inspección, Ensayos y Calibración) en todos los Estados
Miembros.

domingo, 12 de octubre de 2008

Planteamiento (II)

La creación del Mercado Interior Europeo ha implicado la abolición de cualquier tipo de barreras existentes, la armonización de normas, la aproximación de legislaciones, la intensificación en la cooperación monetaria y las medidas conexas necesarias para lograr la cooperación de las empresas europeas.

Para la eliminación de las barreras técnicas se han realizado importantes esfuerzos, tanto por la Comisión como por los Estados miembros, habiéndose aprobado en estos últimos años un número importante de disposiciones comunitarias, con validez para el conjunto de la Comunidad.

El Nuevo Enfoque recogido en la “Resolución del Consejo relativa a un nuevo enfoque en materia de armonización técnica y normalización (1985)”, es quizás el más significativo de los planteamientos en los que se apoya el Mercado Interior, por lo que corresponde a barreras técnicas. La Resolución incluye los principios y elementos que habrán de constituir el cuerpo de las directivas, que se pueden resumir como sigue:

- La armonización legislativa se limita a la adopción de las exigencias básicas que deberán cumplir los productos para poder circular libremente.
- Los organismos de normalización competentes son los encargados de hacer las normas (especificaciones técnicas ) que los agentes económicos necesitan para producir y comercializar los productos. Cuando los productos estén amparados en Directivas, sus normas habrán de adecuarse a las exigencias básicas de las Directivas
- Las normas (voluntarias) no serán en ningún caso obligatorias.
- Las administraciones nacionales deberán presumir la conformidad con las “exigencias básicas”, de aquellos productos fabricados conforme a normas armonizadas (o provisionalmente a normas nacionales).
- La responsabilidad del Control del funcionamiento del conjunto corresponde a las Administraciones de los Estados Miembros.

viernes, 10 de octubre de 2008

Concepto, Objetivos y Fundamentos de la Seguridad Laboral

Como en toda disciplina, antes de adentrarse en ella, conviene precisar desde el principio
los principales conceptos y términos que se utilizan, con el lógico objetivo de conseguir el
mejor entendimiento posible. No obstante, es necesario advertir que los conceptos y términos que a continuación se intentan definir y describir, en muchas ocasiones pueden estar utilizados bien bajo otra denominación, como también ocurre a veces que el término aquí empleado tenga otro significado en otro contexto o medio. La imposibilidad de encontrar una terminología tan precisa como en el campo de las ciencias matemáticas, la medicina o el derecho, por ejemplo, alcanzadas por su sólida, larga y, consecuentemente, general implantación, no deja más solución que escoger unas referencias avaladas por instancias de mayor autoridad y aguardar que el análisis y la propia experiencia aporten la seguridad en el entendimiento necesario de toda actividad.

lunes, 6 de octubre de 2008

Introduccion Seguridad Laboral (III)

La Constitución Española de 1978 señala como uno de los principios rectores de la política social y económica, velar por la seguridad e higiene en el trabajo. El Estatuto de los Trabajadores contempla el derecho de los trabajadores a una protección eficaz en materia de seguridad e higiene estableciendo el correlativo deber el empresario.

El momento actual se caracteriza por el inicio de una nueva etapa con la entrada en vigor en febrero de 1996 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales. Entre las novedades que aporta esta Ley conviene destacar:

- La orientación hacia la acción preventiva en la empresa como esencial para garantizar
el empresario el nivel de protección eficaz en cuanto a la seguridad y la salud de los
trabajadores a su servicio. Se persigue una cultura de la prevención a todos los niveles de la población.

- Una eficacia suficiente de la actividad preventiva implica la observación de los principios de prevención y el desarrollo de acciones concretas de información, formación, consulta y participación de los trabajadores.

- El principal protagonismo corresponde al empresario con la participación de los trabajadores que deben cooperar todo lo necesario. La Administración velará por que la mejora progresiva de las condiciones de trabajo sea una realidad, prestando el apoyo y asesoramiento necesario, además de ejercer la vigilancia y control del cumplimiento de
la normativa y, en su caso, la potestad sancionadora.

- La integración de la prevención en el proceso productivo y en la organización de la empresa, con el recurso a servicios de prevención, de carácter interdisciplinar.


En el momento presente se ha llegado a la culminación del desarrollo normativo de la Ley, con la constitución de la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, compuesta por representantes de la Administración General del Estado y de las Comunidades Autónomas, de las organizaciones empresariales y sindicales más representativas, el Reglamento de los Servicios de Prevención y los Reglamentos específicos que incorporan la legislación comunitaria de la Unión Europea al derecho nacional de España.

sábado, 4 de octubre de 2008

Control de calidad, aseguramiento de la calidad y calidad total (II)

Al final de esta época comienzan a aparecer implantaciones de sistemas de calidad en los que se contempla el factor humano a través de la motivación, comunicación y participación. Así aparecen los programas “cero defectos”, “círculos de calidad”, etc.

La etapa de los años 1960 a 1970 se caracteriza por la saturación de los mercados. El
cliente elige el producto y ya no todo lo que se produce se vende sin dificultad. El cliente exige que el producto cumpla el fin para el que fue creado.

Se adoptan ya de una forma amplia los sistemas automatizados o semi-automatizados de fabricación y aparecen nuevos conceptos tales como fiabilidad y responsabilidad de los productos.

Este endurecimiento del entorno hace que las empresas no puedan permitirse errores, y
no sólo minimice la cantidad de productos rechazados, sino que analice por qué aparecen los fallos, que aprenda de errores, de forma que asegure a su cliente un pedido con características establecidas. Este aseguramiento de la calidad de los productos o servicios se basa en la implantación de sistemas de gestión interna de la calidad propiamente dichos, gracias a los cuales las empresas garantizan el cumplimiento de unos requisitos de calidad establecidos y pactados con el cliente.
La etapa de los años 1970-1980 es la de la crisis del petróleo, en sus distintas aspectos y repercusiones. Esta nueva circunstancia complica más el entorno, y añade un factor decisivo: el coste. Se puede afirmar que es el momento en el que el coste –sin perder calidad- se vuelve el factor estrella.

jueves, 2 de octubre de 2008

Control de calidad, aseguramiento de la calidad y calidad total (I).

El grado de desarrollo e industrialización de los distintos países del ámbito occidental
hace imprescindible estar en condiciones de poder demostrar que los productos y servicios puestos en el mercado poseen un nivel de calidad reconocible, fijo, constante para todas las unidades producidas o prestadas, respectivamente.

Desde el punto de vista interno de la organización productiva o de servicio, supone la mejora no sólo del producto o servicio, sino también de la propia gestión y funcionamiento
de la organización.

Para poder proporcionar la confianza mencionada, es necesario estar en condiciones de poder demostrar que el nivel de calidad alcanzado es adecuado.

Una forma de demostración se articula mediante el cumplimiento de las normas internacionalmente admitidas, establecidas al efecto. Así, en el ámbito de las empresas, la serie de normas ISO 9000 establece los criterios mínimos a cumplir. Para los laboratorios
la norma a cumplir es la UNE-EN-ISO 17025 (que sustituye a la norma EN 45001).

La ventaja que ofrecen estas normas es la uniformización de los criterios y requisitos a cumplir, de forma que se tiene "un único rasero" por donde medir a todas las organizaciones que quieran demostrar su buen hacer.

Esta afirmación ha venido siendo válida y suficiente hasta hace unos años pero, como se verá más adelante, hoy es ya insuficiente. La complejidad de los mercados debido al aumento de la competencia y la facilidad creciente para los envíos o desplazamientos
(comercio vía INTERNET, etc.) empuja hacia la necesidad de la mejora continua. Esta última característica es quizás la más revolucionaria, en el sentido de que cada vez es más evidente que únicamente los productos innovadores, que además cumplan todo el ámbito reglamentario y contractual que les sea de aplicación, tienen posibilidades de encontrar comprador a precios adecuados.

Para llegar a este estado, en el ámbito de la calidad, se han ido dando pasos continuos, desde el comienzo de la época industrial, como se verá a continuación.

Los distintos conceptos de la calidad se deben a las distintas épocas históricas, en las que la evolución de las técnicas ha traído también nuevas prácticas y mejoras de la gestión desde el punto de vista de la calidad de los productos y/o servicios prestados.

Así, se puede situar una fase entre los años 1940 y 1960 en los que la necesidad de productos hacía que todo lo producido se vendiese, de una manera u otra. La calidad, en estas condiciones, se entendía, en el mejor de los casos, como conformidad con las especificaciones. Es la época de las primeras implantaciones de Técnicas de Calidad propiamente dichas, fundamentalmente de detección y corrección de fallos. Se trata de herramientas de medida e inspección dedicadas al control de la calidad obtenida. Realmente, en tal época primaba la productividad, por lo que era frecuente la producción de una cantidad superior a la necesaria, para compensar los fallos.

La existencia de unas especificaciones escritas y aceptadas entre el comprador y el vendedor, hace que exista un mínimo soporte para que pueda comprobarse su cumplimiento de manera clara. Las formas de comprobación se limitaban al control final de la calidad, bien al 100% de las unidades en cuestión o bien de unidades seleccionadas muestralmente representativas del total. Irrumpen así las técnicas estadísticas en el ámbito de la calidad, tanto para el control final de calidad, como para los controles de proceso.