En el ámbito global de la seguridad laboral tienen también considerable importancia, aunque no son propiamente parte de la seguridad industrial, los historiales médicos del personal, puesto que no solo se trata de la prevención de accidentes sino de la precaución contra las enfermedades profesionales. A este respecto cabe indicar la existencia del Real Decreto de Enfermedades Profesionales R.D. 1955/1978.
Se ha mencionado reiteradamente que el tema de la seguridad laboral debe ser fundamentalmente precautorio, y encaminado a evitar daños actuando sobre los orígenes del peligro. No obstante, hay que tener en cuenta que los accidentes y las enfermedades laborales son imposibles de prevenir en su totalidad por las propias incertidumbres y por la naturaleza estocástica de los fenómenos físicos y del comportamiento humano. Debido a ello, es muy importante mantener un historial sobre
la siniestralidad producida, que permita ir mejorando los aspectos que hayan fallado en la seguridad.
Esta práctica de revisión de los casos anómalos producidos se da tanto para la seguridad ocupacional como para los otros tipos de seguridad, particularmente es significativa en el estudio de los accidentes graves.
Por último, y de forma sistematizada, conviene que mediante el historial de la siniestralidad, se establezcan indicadores que permitan tener una idea de cual es en términos cuantitativos la situación de seguridad de una determinada empresa o sector respecto de lo que sería deseable o de la inseguridad por causas naturales. Los tipos de indicadores que más se utilizan a este respecto son:
Se ha mencionado reiteradamente que el tema de la seguridad laboral debe ser fundamentalmente precautorio, y encaminado a evitar daños actuando sobre los orígenes del peligro. No obstante, hay que tener en cuenta que los accidentes y las enfermedades laborales son imposibles de prevenir en su totalidad por las propias incertidumbres y por la naturaleza estocástica de los fenómenos físicos y del comportamiento humano. Debido a ello, es muy importante mantener un historial sobre
la siniestralidad producida, que permita ir mejorando los aspectos que hayan fallado en la seguridad.
Esta práctica de revisión de los casos anómalos producidos se da tanto para la seguridad ocupacional como para los otros tipos de seguridad, particularmente es significativa en el estudio de los accidentes graves.
Por último, y de forma sistematizada, conviene que mediante el historial de la siniestralidad, se establezcan indicadores que permitan tener una idea de cual es en términos cuantitativos la situación de seguridad de una determinada empresa o sector respecto de lo que sería deseable o de la inseguridad por causas naturales. Los tipos de indicadores que más se utilizan a este respecto son:
- Indicadores de seguridad, como son los tiempos transcurridos sin accidente laboral con baja, o la producción conseguida sin pérdidas por averías o accidentes. En términos estadísticos ésto se suele denominar tiempo medio entre fallos, aunque también cabe aplicarlo a accidentes de tipología inespecífica.
- Indicadores de prevención, que a su vez pueden ser de diversa índole:
- Económicos, como es el coste de la gestión de seguridad, y el porcentaje que se dedica a seguridad en las inversiones de nueva planta o en la atención rutinaria a la seguridad, tomando en este caso como referencia el volumen de ingresos totales de la entidad.
- Organizativos, como son el porcentaje de las medidas correctoras, previamente identificadas que se han logrado poner eficientemente en marcha, en un plazo dado, generalmente un año.
- Técnicos, como es el porcentaje de horas dedicadas a formación en seguridad por las diversas categorías o especialidades de trabajadores. También se considera un indicador técnico el porcentaje de situaciones anómalas o imprevistas resueltas convenientemente mediante la correspondiente aplicación de una medida de emergencia prevista o simplemente por la reacción adecuada del personal involucrado.
- Legales, como puede ser el porcentaje de cumplimiento de la reglamentación, que tendría que llegar al 100% en la situación ideal, así como el número de normas recomendadas que se han puesto en práctica para estar más al día respecto del estado del arte.
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