La emisión de radiaciones ionizantes es una característica común a muchos
átomos en cuyo núcleo el número de neutrones resulta escaso o excesivo, lo que les
hace inestables. Esos átomos son llamados "radiactivos". En ellos, las ligaduras
nucleares se transforman en busca de configuraciones más estables, a la vez que se
libera energía, asociada a la radiación emitida. Esta puede ser de cuatro tipos
fundamentales: partículas alfa (a), que consisten en dos protones y dos neutrones, con
capacidad limitada de penetración en la materia, pero mucha intensidad energética;
partículas beta (b), que son electrones o positrones procedentes de la transformación en
el núcleo, algo más penetrantes aunque menos intensas; radiación gamma (g), que es
radiación electromagnética del extremo más energético del espectro, por tanto muy
penetrante; y neutrones, que al no poseer carga eléctrica también son muy penetrantes
(véase Fig. 2).
La velocidad con que dichas transformaciones tienen lugar en una sustancia
radiactiva se denomina actividad, y se medirá como el número de átomos que se
transforman o desintegran por unidad de tiempo, teniendo como unidad natural (1
desintegración / segundo) el Becquerel, así llamado en honor al descubridor de la
radiactividad. El Becquerel es la unidad del Sistema Internacional (SI) legalmente
establecida en España (MOPU, 1989). Una unidad anteriormente utilizada, pero que no
pertenece al SI, es el Curie, correspondiente a la actividad existente en un gramo de
226Ra (3,7·1010 desintegraciones / segundo). El Becquerel (abreviadamente Bq) es una
unidad muy pequeña y de poco uso práctico (sería como medir longitudes o distancias en
micras), baste decir que nuestro propio organismo contiene aproximadamente 4.000
Becquerel de 40K, por lo que siempre se emplean sus múltiplos. Por el contrario 1 Curie
(Ci) es una actividad considerable, e incluso peligrosa según las sustancias, por lo que se
emplean a menudo sus submúltiplos. Según su naturaleza y su concentración, la
reglamentación vigente (MINER, 1999) establece valores de exención para las
sustancias radiactivas, por debajo de los cuales no se exige ningún tipo de declaración o
autorización, al considerarse prácticamente inocuas.
También pueden generar radiaciones ionizantes aquellos aparatos en los que
mediante campos electromagnéticos intensos se consigue acelerar partículas
elementales (habitualmente electrones, positrones o protones) que en sí mismas, a las
energías conferidas, resultan radiaciones ionizantes, o que mediante interacción con la
materia provocan reacciones que liberan radiación ionizante, como es el caso de los
rayos X.