Una causa importante de muertes en la construcción es el derrumbe súbito de la pared de una zanja o
excavación. Es difícil imaginarse el drama de cavar en pos de un compañero que ha quedado enterrado vivo. Antes de dedicarme al campo de la seguridad y la salud en el trabajo, fui testigo de un drama
semejante en Tempe, Arizona. La zanja estaba localizada justo debajo del descanso de una escalera
pública en la cual por casualidad yo estaba parado, así que mi ubicación estaba directamente sobre la
escena del derrumbe. La impresión es inolvidable, y este recuerdo motivaría a cualquiera a tratar de
impedir accidentes semejantes en el futuro, punto que sostiene los principios de evasión de riesgos
establecidos en el capítulo 3. Reconociendo la gravedad de este riesgo, la OSHA ha organizando
vanos programas sobre derrumbes en zanjas y excavaciones. A mediados de los noventa. Joseph
Dear (ref. 359) citó el resultado de tal énfasis en el estado de Indiana, donde las muertes en zanjas y
excavaciones se redujeron de seis a una al año después de la realización de programas de zanja
especiales.
Todas las zanjas son excavaciones, pero no todas las excavaciones son zanjas. Las zanjas son
excavaciones estrechas y profundas; la profundidad es mayor que la anchura, pero ésta no es mayor a
4.5 metros, según la definición habitual. Las zanjas son más encerradas y en general más peligrosas
que otras excavaciones, en especial porque ambas paredes pueden derrumbarse y atrapar al trabajador. Sin embargo, estas paredes son más fáciles de apuntalar que las de las excavaciones. Si tienen
más de 1.5 metros de profundidad, ambas son peligrosas y quitarán la vida a cualquiera que se ponga
en el camino de una pared que se derrumba. El riesgo no es simplemente de sofocación. Un derrumbe
arrastra toneladas de tierra que aplastarán el cuerpo y los pulmones del trabajador, incluso si la cara
los pasajes aéreos se mantienen despejados.
El ángulo de reposo se define como el mayor ángulo sobre el plano horizontal al cual el material
se mantendrá quieto sin deslizarse. Naturalmente, varía según el material (los ángulos aproximados
aparecen en la figura 17.14). La ciencia de los derrumbes de tierra no es exacta, y la incertidumbre
pone en peligro los esfuerzos por controlar el riesgo. Es difícil decir si un tipo de suelo es "característico", "de gravas compactas angulares" o algo intermedio. Las especificaciones para apuntalar zanjas
son más específicas, como se observa en la figura 17.2.
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