viernes, 12 de septiembre de 2014

ZANJAS Y EXCAVACIONES - I

Una causa importante de muertes en la construcción es el derrumbe súbito de la pared de una zanja o excavación. Es difícil imaginarse el drama de cavar en pos de un compañero que ha quedado enterrado vivo. Antes de dedicarme al campo de la seguridad y la salud en el trabajo, fui testigo de un drama semejante en Tempe, Arizona. La zanja estaba localizada justo debajo del descanso de una escalera pública en la cual por casualidad yo estaba parado, así que mi ubicación estaba directamente sobre la escena del derrumbe. La impresión es inolvidable, y este recuerdo motivaría a cualquiera a tratar de impedir accidentes semejantes en el futuro, punto que sostiene los principios de evasión de riesgos establecidos en el capítulo 3. Reconociendo la gravedad de este riesgo, la OSHA ha organizando vanos programas sobre derrumbes en zanjas y excavaciones. A mediados de los noventa. Joseph Dear (ref. 359) citó el resultado de tal énfasis en el estado de Indiana, donde las muertes en zanjas y excavaciones se redujeron de seis a una al año después de la realización de programas de zanja especiales.
Todas las zanjas son excavaciones, pero no todas las excavaciones son zanjas. Las zanjas son excavaciones estrechas y profundas; la profundidad es mayor que la anchura, pero ésta no es mayor a 4.5 metros, según la definición habitual. Las zanjas son más encerradas y en general más peligrosas que otras excavaciones, en especial porque ambas paredes pueden derrumbarse y atrapar al trabajador. Sin embargo, estas paredes son más fáciles de apuntalar que las de las excavaciones. Si tienen más de 1.5 metros de profundidad, ambas son peligrosas y quitarán la vida a cualquiera que se ponga en el camino de una pared que se derrumba. El riesgo no es simplemente de sofocación. Un derrumbe arrastra toneladas de tierra que aplastarán el cuerpo y los pulmones del trabajador, incluso si la cara los pasajes aéreos se mantienen despejados.
El ángulo de reposo se define como el mayor ángulo sobre el plano horizontal al cual el material se mantendrá quieto sin deslizarse. Naturalmente, varía según el material (los ángulos aproximados aparecen en la figura 17.14). La ciencia de los derrumbes de tierra no es exacta, y la incertidumbre pone en peligro los esfuerzos por controlar el riesgo. Es difícil decir si un tipo de suelo es "característico", "de gravas compactas angulares" o algo intermedio. Las especificaciones para apuntalar zanjas son más específicas, como se observa en la figura 17.2.

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