En esta parte se considerará la dimensión más concreta de la seguridad y salud en el
trabajo, ya que otros aspectos se abordan en otros capítulos, principalmente la prevención con respecto al medio ambiente y la seguridad industrial.
Ya se ha advertido de la clasificación de los riesgos debidos a agentes químicos, por motivos técnicos y de práctica operativa, en los que afectan a la seguridad de los trabajadores o prevención de accidentes –aquí, químicos- y los que afectan a la salud o prevención de enfermedades profesionales. En otras palabras, los riesgos que pueden manifestar sus efectos de una manera más o menos inmediata (accidentes e intoxicaciones agudas) y los que se pueden dar lugar a perjuicios patentes a un medio o largo plazo
(intoxicaciones crónicas, sensibilizaciones, cánceres y otros efectos irreversibles o no a
largo plazo).
La clasificación y descripción de estos riesgos ya se han facilitado en el primer apartado. Ahora corresponde en primer lugar tratar la evaluación de estos riesgos en los centros de trabajo para poder más adelante determinar las medidas preventivas y de control, y en su caso la corrección y mejora de las ya tomadas.
La evaluación de los riesgos debidos a las propiedades físico-químicas ya se tratan en otros Capítulos, prevención y lucha contra incendios y trabajos en atmósferas explosivas, por lo que no serán abordados aquí, así como las correspondientes medidas de prevención
y protección.
En cuanto a los riesgos para la salud humana se tendrán en cuenta prácticamente los correspondientes a la penetración en el organismo por inhalación o a través de la piel, abandonando otras vías como la oral o digestiva, por ser altamente improbables en el contexto del trabajo.
En la propia manipulación de los productos químicos se deberá en primer lugar realizar un listado de todos los que se utilicen y proceder a una recopilación de datos, fundamentalmente las fichas de datos de seguridad que el fabricante o distribuidor debe suministrar. Base fundamental para la evaluación de los riesgos será la información concreta de los riesgos y de las precauciones a tomar según el tipo de operación en que se utilice cada producto. La evaluación final tendrá en cuenta todos los demás factores, fundamentalmente condiciones de trabajo (funcionamiento del proceso, variables ambientales, instalaciones, dispositivos de control y alarma, protecciones colectivas y personales, metodología, etc.) sin olvidar las características propias del estado biológico de cada persona en virtud del cual puede darse una especial sensibilidad o susceptibilidad para algunos riesgos.
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