Dos trabajadores inexpertos tenían la tarea de levantar un paquete de 12.20 metros de acero acanalado.
La cuestión era en dónde sujetar los ganchos de levantamiento a la carga, y eligieron una solución basada
en su experiencia con las cargas con las que estaban familiarizados, a saber, las que levantaban a mano.
Les pareció que los pesados sujetadores de acero que aseguraban el bulto eran un punto de sujeción
natural. Pero estos sujetadores no estaban diseñados para sustituir a las eslingas. Su resistencia era insuficiente y el ángulo de sujeción era agudo. El ángulo de la sujeción siempre será agudo cuando se utilicen
de este modo los sujetadores de carga, dado que para realizar su trabajo deben estar apretados. Cuando
levantaron la carga, uno de los sujetadores cedió y la carga aplastó a uno de los trabajadores.
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