Los transportadores de tornillo pueden ser muy peligrosos. Su mismo principio de operación consiste
de un punto de pellizco en la entrada. Una complicación del riesgo es el hecho de que, a fin de operar
a toda capacidad, la entrada debe estar completamente sumergida en el material que se transporta.
Aquí, "sumergida" también quiere decir oculta, así que en la entrada hay un riesgo invisible. Finalmente, en muchas aplicaciones quizá sea necesario que el trabajador esté lo bastante cerca del transportador de tornillo, a fin de palear o distribuir el material a la entrada.
Una manera simple y eficaz de proteger a los trabajadores es encuadrar el área de entrada en un
pequeño confinamiento de rejilla que permita el paso del material, pero que mantenga dedos, manos
y pies afuera. Si incluso una pantalla de malla grande es demasiado fina para permitir el paso del
material, puede ser necesario un confinamiento con aberturas mayores, a veces lo bastante grandes
para admitir un dedo o un pie.
Este confinamiento también se vuelve seguro haciendo el recinto tan
amplio que el trabajador no alcance a introducir manos o dedos en la zona de peligro, aun si las
aberturas son grandes. Este método obedece a principios de protección en maquinaria que estudiaremos con mayor detalle en el capítulo 14.
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