El principal contribuyente a los contaminantes atmosféricos en las operaciones de soldadura es el
recubrimiento o el estado del material que se va a unir. Es cierto que la soldadura sobre hierro limpio
o acero de construcción ordinario produce cantidades bastante abundantes de humo de óxido de
hierro, pero por fortuna la siderosis, es decir, la pneumoconiosis producida por el óxido de hierro, no
es una enfermedad muy peligrosa cuando viene sola.
Sin embargo, si la superficie del metal está
recubierta por un material que contiene asbesto, hay que eliminar el recubrimiento para no contaminar el aire.
Incluso el acto de limpiar las superficies de metal que se van a soldar presenta riesgos secundarios. Si para limpiar el metal se utilizan hidrocarburos clorados, como el tricloroetileno, estos solventes deben también eliminarse con cuidado antes de llevar a cabo la soldadura. La energía del arco
puede provocar la descomposición del solvente en peligroso gas fosgeno.
El término galvanizado se refiere a un recubrimiento de zinc sobre el metal cuyo objetivo es
evitar la herrumbre. La soldadura con acero galvanizado necesita precauciones especiales y una
buena ventilación, porque el arco de soldadura puede producir humos de zinc o de óxido de zinc. El
zinc no es tan peligroso como su pariente el plomo, pero puede causar una breve c incómoda
"fiebre de humo de metal". La exposición diaria produce alguna inmunidad, pero se pierde en
pocos días, en apenas un fin de semana sin exposición.
El siguiente lunes por la mañana, regresan
de nuevo las náuseas y los escalofríos, lo que ha llevado a que esta enfermedad se conozca como el
"malestar del lunes por la mañana", aunque se admite que hay algo más en los lunes que "enferma"
a los trabajadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario