La forma más limpia, más saludable y probablemente más segura de soldar es la soldadura por resistencia. Todavía presenta riesgos de choque eléctrico, pero más importantes son los riesgos mecánicos
que rodean el punto de operación.
Riesgos de descarga
Igual que en la bobina de encendido de los automóviles, muchas máquinas de soldadura por resistencia acumulan energía eléctrica en un banco de capacitores para su liberación súbita al realizar la
soldadura. El voltaje puede alcanzar cientos e incluso miles de volts en su pico. Estos voltajes no son de la variedad observada en las descargas de electricidad estática acumulada al caminar sobre una
alfombra gruesa. Tal vez los voltajes estén al mismo nivel, pero los de la máquina de soldadura están
acompañados por la capacidad de entregar una corriente que quema. Los capacitores que almacenan
esta energía eléctrica deben tener puertas y paneles de acceso con enervamiento. El enervamiento
no sólo debe cortar la energía hacia la máquina, sino que debe poner todos los capacitores en corto
circuito. De otro modo, los capacitores podrían causar una descarga mortal, aun si la energía está
desconectada. Poner en cortocircuito los capacitores cuando la máquina está apagada es un ejemplo
del principio de "estado mecánico cero", que estudiamos en el capítulo 14, y del principio general a
prueba de fallas, que vimos en el capítulo 3.
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