Metodologías generales para aplicar la legislación sobre accidentes graves de origen
químico en instalaciones existentes y en nuevos proyectos.
Las metodologías básicas deben ser coherentes con los objetivos básicos que persigue la
legislación sobre accidentes graves, los mismos independientemente del ámbito europeo,
nacional o autonómico en el que los consideremos.
Estos objetivos, como ya se ha expuesto en apartados anteriores son:
· Prevenir la ocurrencia de accidentes.
· Limitar las consecuencias de los accidentes, si llegan a producirse.
Sin perder de vista en ningún momento lo que se trata de proteger que es la vida y la salud
de las personas y la integridad de los bienes y el medio ambiente que pudieran estar
afectados.
Por tanto, el método aplicado tiene dos grandes bloques:
· La identificación de los peligros, el conocimiento de los riesgos asociados a las
actividades y la puesta en evidencia de los medios y sistemas necesarios para
mantenerlos bajo control.
· La planificación de situaciones de emergencia, tanto en el interior de las
instalaciones ( autoprotección ) como en el exterior de ellas ( planes de
protección civil ).
Existen aspectos del método que, sin pertenecer claramente a uno u otro bloque , son
elementos de unión imprescindibles entre ellos:
La información a la población, por un lado
fomenta el rigor con el que deben acometerse las actividades preventivas y la forma de
documentarlas y comunicarlas y por otro es una herramienta determinante del éxito en la
resolución de una situación de emergencia.
La planificación del uso del territorio próximo y potencialmente afectado por un accidente
en una industria, también condiciona los procesos de determinación, cuantificación y
valoración de los riesgos, fomentando su ajuste a situaciones no solo teóricas, sino reales.
Por otro lado, la planificación del territorio pretende aportar soluciones permanentes que
faciliten la resolución de las situaciones de emergencia.
La situación de partida de la actividad donde debe aplicarse la legislación determina
algunos aspectos de dicha aplicación:
Debemos distinguir básicamente entre
instalaciones existentes y nuevos proyectos de instalaciones, existiendo también
situaciones intermedias, las más frecuentes las de ampliaciones o modificaciones de
instalaciones existentes.
La aplicación de los criterios legales sobre prevención de accidentes graves en
instalaciones existentes está condicionada por límites difíciles de salvar en algunos
casos, sobre todo en los de instalaciones diseñadas y construidas con anterioridad a 1980;
no obstante, en la mayoría de estos casos, los diseños se han mostrado suficientes y las
necesidades de ajuste no demasiado importantes.
En España, el Real Decreto 886/88 que adaptaba la Seveso I a la reglamentación Nacional
fue desarrollado fundamentalmente durante la década de los noventa. En los primeros
años de esta década, sobre todo, y debido a la crisis de negocio en la que estuvo sumida le
industria química no hubo demasiados proyectos de nuevas instalaciones. Debido a esta
situación, la aplicación práctica de la reglamentación lo fue sobre instalaciones
existentes.
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