La manera más fácil e inteligente de proteger una máquina es no utilizar protección física alguna,
sino diseñar la máquina o la operación de forma que las piezas peligrosas estén colocadas donde
nadie esté expuesto al peligro. Esto entra en el dominio del diseño de la máquina, y cada vez se presta
más atención a la seguridad en los diseños de las máquinas modernas. Pero incluso sin alterar una
máquina, ésta se puede voltear y colocar contra un rincón, de forma que sus bandas, poleas y motor
estén fuera de alcance durante su operación normal. Un buen ejemplo es el de la revolvedora de
concreto portátil. Admitamos que esta estrategia vuelve difíciles de alcanzar el motor y la transmisión
para darles mantenimiento, pero, por otro lado, lo mismo pasa con las guardas ordinarias.
La protección "por distancia" consiste en proteger al operador diseñando la secuencia de operación
de forma que no tenga que acercarse a la zona de peligro. En algunas máquinas difíciles de proteger,
como las prensas dobladoras, este método (véase la figura 14.2) es expresamente permisible. Las
prensas están destinadas a doblar láminas de metal, y sus mesas tan grandes hacen difícil proteger los
puntos de operación. Cuando la pieza de trabajo es una lámina grande, el operador tiene que colocar-
se a mucha distancia del punto de operación y, por lo tanto, está protegido por "distancia". Aunque la
protección por distancia sea un método aceptable en ciertas máquinas difíciles de proteger, el gerente
de segundad c higiene hará bien en no generalizar el principio a otro tipo de máquinas. La protección
por distancia no constituye un control para mantener en todo momento al operador y demás personal
fuera de la zona de peligro.
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