La mayoría de la gente piensa, y con buenas razones, en una guarda protectora de máquina cuando se
habla de seguridad industrial. Se han dedicado más esfuerzos y recursos a las guardas de máquina que
a cualquier otra actividad de seguridad e higiene industriales. Por lo regular, modificar o proteger una
sola máquina no se considera un proyecto importante en comparación con la instalación de un sistema de ventilación o bien uno de eliminación de ruidos. Pero aunque cada modificación protectora que
se realiza en las máquinas es usualmente pequeña, el conjunto se convierte en una empresa mayor
que atañe al mantenimiento de planta, operaciones, compras, programación y, por supuesto, al gerente de seguridad e higiene, que debe desempeñar una función directiva en la implantación de las
guardas de máquinas: tiene que señalar las áreas problemáticas, establecer prioridades, seleccionar
alternativas de protección y ver que se cumplan las normas.
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