El término "rebote" o "reculada" se refiere a la situación en la que toda la pieza de trabajo se levanta
y vuela de regreso hacia el operador de la sierra. La energía de rebote proviene de la hoja de la sierra.
La rotación de la hoja va hacia el operador.
En la parte frontal de la hoja, donde la sierra tiene el
primer contacto con el trabajo, la dirección del movimiento de la hoja es hacia el operador y hacia
abajo. Pero en la parte trasera, es hacia el operador y hacia arriba.
Dado que los dientes de la sierra
son ligeramente más anchos que el espesor de la hoja, una pieza de trabajo bien alineada hará contacto
con la hoja sólo en el punto en el cual se está cortando. Pero si la pieza de trabajo se mueve ligeramente, la porción saliente del corte en la parte posterior de la hoja se desalineará, haciendo que el borde del
material adyacente al corte haga contacto con la hoja cuando emerge de la mesa. Este contacto puede
causar en un movimiento súbito y fuerte hacia arriba, que hace que el material pierda contacto
con la superficie de la mesa. Llegado a este punto es casi imposible evitar una mayor desalineación y
la pieza queda atrapada firmemente por la hoja. Si la pieza de trabajo es muy delgada o frágil, se
romperá, y pequeñas porciones o fragmentos seguirán a la hoja por debajo de la mesa. Pero un resultado mucho más probable es que el material rígido no pueda seguir a la hoja y salga disparado a
velocidad tangencial y directamente hacia el operador.
Tanto el separador como las uñas antirrebote están diseñados para impedir el rebote.
El separador
mantiene el corte de la sierra abierto o separado en la parte terminada, de forma que el material no
haga contacto con la hoja. Las uñas antirrebote, o "perros", están diseñados para impedir el movimiento de rebote, si empezara a ocurrir. La forma del perro permite un fácil movimiento de la dirección de alimentación. Sin embargo, un movimiento hacia atrás hace que el perro sujete el material e
impida el rebote.
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