La incineración puede realizarse con o sin recuperación de energía. La incineración sin recuperación de energía es la forma más simple. Permite reducir el volumen de los residuos sólidos domésticos de un 85 a un 90 por 100 de tal forma que al final del proceso los residuos sólidos que es preciso eliminar (cenizas y escoria) suponen, aproximadamente, un 10 por 100 del volumen inicial y su peso es, también, de forma aproximada un 30 por 100 del peso inicial.
La combustión de residuos sólidos libera energía térmica que puede aprovecharse por lo que debe realizarse la incineración con recuperación de calor.
Una tonelada de residuos domésticos equivale a unos 150 litros de fuel-oil y puede producir de 1.5 a 2 Tm de vapor de baja presión y 300 kWh de electricidad.
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