Es frecuente englobar los componentes de los residuos sólidos urbanos en tres grupos:
inertes, fermentables y combustibles. Como inertes se consideran: metales, vidrio, restos de reparaciones domiciliarias, tierra, escorias y cenizas. Los elementos fermentables comprenden los restos de alimentos, paja y restos vegetales. Por su parte, los elementos combustibles comprenden: papel, cartón, plásticos, madera, gomas, cueros y textiles.
Los sistemas empleados en el tratamiento de los residuos urbanos son: Vertido controlado, Incineración, Reciclado, Compostaje, Metanización (producción de biogás) y Producción de combustible.
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