Los residuos que se someten a tratamiento fisicoquímico suelen contener en general sustancias inorgánicas disueltas o en suspensión.
El tratamiento físico-químico y biológico (en su caso) comprende un conjunto de técnicas que pueden emplearse para prevenir la descarga de materiales peligrosos al medio ambiente o alterar su composición.
Los métodos físicos pueden utilizarse como técnicas separadas o complementarias a los métodos químicos o biológicos.
En el campo del tratamiento biológico de residuos peligrosos se avanza en el empleo de microorganismos modificados.
En el tratamiento de residuos tóxicos peligrosos se entiende por estabilización el conjunto de técnicas que reducen el peligro potencial de un residuo mediante el paso de sus elementos contaminantes a una forma de menor movilidad, solubilidad o toxicidad.
Dentro de la estabilización, la solidificación comprende las técnicas que encapsulan el residuo en un sólido monolítico de alta integridad estructural. La encapsulación puede ser de finas partículas de residuo (microencapsulación) o de un gran bloque o envase de residuos (macroencapsulación). La solidificación no implica necesariamente una interacción química entre los residuos y los agentes solidificantes, pero sí puede suponer el enlace mecánico de los residuos dentro de la masa monolítica.
Los procesos de estabilización/solidificación de mayor difusión son: sorción, microencapsulación termoplástica y macroencapsulación.
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