Los asfixiantes evitan que el oxígeno llegue a las células del cuerpo; en general, cualquier gas puede
ser un asfixiante, si se encuentra en concentraciones suficientes para desplazar la proporción esencial
de oxígeno del aire. Mucha gente ha cometido suicidio respirando gas natural, que básicamente es
metano. Este gas es un simple asfixiante, ya que sólo desplaza la proporción de oxígeno del aire
inhalado. El metano puede estar presente en entornos industriales, puesto que se trata de un producto
de la fermentación. Otros asfixiantes simples frecuentes son los gases inertes, como el argón, el helio
y el nitrógeno utilizados en soldadura.
Puede parecer incorrecto clasificar al nitrógeno como contaminante del aire y asfixiante, cuan-
do es el principal constituyente (78 por ciento) del aire normal. Pero demasiado nitrógeno reducirá la
proporción normal de oxígeno (21 por ciento) del aire. Cualquier proporción de oxígeno menor al
19.5 por ciento es considerada deficiente. La deficiencia de oxígeno es muy peligrosa, una situación
más seria de lo que la mayoría de la gente piensa. El caso 8.1 es la descripción de un accidente
procedente de los registros federales de defunciones en el lugar de trabajo (ref. 44).
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