Es notoria en las normas federales para pasillos la falta de alguna medida del ancho mínimo de
los mismos. Los reglamentos estatales, que siguen el Código de Seguridad de Vida de la Asociación
Nacional de Protección contra Incendios especifican a menudo un ancho mínimo de acceso para la
salida de 70 centímetros. Pero el reglamento federal calla sobre este punto, excepto por la expresión
"se deberán incluir suficientes rutas seguras de evacuación". Los pasillos en áreas de máquinas
forjadoras reciben atención especial: "amplitud suficiente para permitir el libre movimiento de los
empleados", pero esta norma tampoco especifica una dimensión de ancho mínimo. Por lo tanto, las
dos son buenos ejemplos de "normas de desempeño".
lado, pero los pocos incidentes que ocurren parecen tan remotos y poco frecuentes que pocos nos
preocupamos del problema.
Las normas federales exigen letreros indicadores de las cargas del piso aprobadas por el "funcionario de edificios". Una de las quejas más frecuentes de los gerentes de seguridad e higiene es
que esta norma de cargas no explica el término funcionario de edificios. La confusión sobre el
termino ha provocado llamadas telefónicas a diversas oficinas tratando de localizar algún funcionario público que vaya a la instalación a hacer la determinación de ingeniería que servirá de base
para los letreros indicadores de cargas del piso. Como, pues, el término "funcionario de edificios no está definido, lo mejor que puede hacer el gerente de seguridad e higiene es solicitar los servicios de un ingeniero profesional competente, ya sea dentro o fuera de la empresa. Esto demostraría
un esfuerzo de buena fe por cumplir con la norma y prácticamente eliminaría la posibilidad de
algún riesgo.
Viene a colación una advertencia. Si en verdad hay en la plañía una violación a los límites de
carga del piso, ningún elegante sistema de información computarizado va a ocultarlo. Es posible
realizar cálculos manuales para determinar si se ha excedido un límite de carga, y síntomas como
pisos aplastados, torcidos o agrietados son tan vergonzosos como peligrosos.
Todo el problema del diseño de pisos y pasillos y su mantenimiento se amplifica con el uso de
equipo mecánico de transporte, como por ejemplo los montacargas. Estos vehículos agravan las dificultades y, siempre que hay problema con los pisos, se vuelven también más peligrosos.
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