Hasta este punto, nos hemos dedicado a los líquidos inflamables, y no a los combustibles. Hay una
diferencia entre los dos, como se muestra en la figura 10.1. Dado que los puntos de inflamación de los
líquidos combustibles son más elevados que las temperaturas que se encuentran en la mayor parte de
las plantas, el riesgo de ignición es mucho menor que el de los líquidos inflamables. Sin embargo, a
menudo se engendra una falsa sensación de seguridad al hacer una asociación común con los líquidos
combustibles a temperatura ambiental.
En caso de que por alguna circunstancia excepcional, o incluso por operaciones normales del proceso, las temperaturas se eleven, la gravedad del riesgo puede
cambiar en forma radical. El queroseno ordinario, un líquido combustible, puede ser incluso más
peligroso c inflamable a temperaturas elevadas que la gasolina a temperatura ambiental.
Otro riesgo inesperado de los líquidos combustibles es la carga de cambio, cuando se utilizan
camiones para transportar unas veces gasolina, un líquido inflamable, y otras aceite combustible, un
líquido combustible. La carga de cambio es un peligro desde el punto de vista de la ignición por
electricidad estática. Con la gasolina, la electricidad estática no es un problema tan serio al cargar,
porque en general la concentración de vapor es demasiado rica. Incluso cuando se carga gasolina en
un depósito que había tenido aceite combustible, la concentración de vapor se vuelve demasiado rica
desde que comienza la operación de carga.
El peligro real es cuando se carga aceite combustible en un
compartimento que antes llevó gasolina. Esto es la carga de cambio y es muy peligrosa. La concentración de vapor en tal operación es justamente la correcta para la ignición y una descarga de electricidad estática o cualquier otra fuente puede causar en una explosión que destrozará el camión.
Los
remedios para el problema, cuando es necesaria la carga de cambio, son (1) llenar el depósito con
bióxido de carbono (el método cardox), (2) utilizar aspiradores para purgar el depósito de gasolina, o
(3) reducir la velocidad de carga a aproximadamente 30 por ciento, hasta que el depósito esté lleno
aproximadamente una tercera parte.
Cuando se debe decidir entre un líquido inflamable y uno combustible para una aplicación
particular, la diferencia en los costos de las instalaciones de equipo eléctrico puede ser notable. Cuando la operación normal de un proceso genera concentraciones susceptibles de arder de líquidos inflamables en la atmósfera, se requiere equipo eléctrico a prueba de explosión, aprobado para localizaciones
peligrosas clase I, división 1 para el área en la cual están presentes los vapores. El equipo eléctrico a
prueba de explosión es un proyecto costoso, y lo analizaremos con detalle en el capítulo 16. El caso
10.1 nos servirá para dar un ejemplo del efecto valioso que un gerente de seguridad e higiene con
conocimientos tiene en una empresa cuando se debe tomar una decisión con respecto a los líquidos
inflamables y los líquidos combustibles.
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