De importancia aún más vital (en el sentido literal de la palabra vital) que la de la protección de ojos
y oídos es la protección respiratoria contra los contaminantes en suspensión en el aire. En el capítulo
8 analizamos los problemas de las atmósferas industriales, cuya determinación es esencial para seleccionar el equipo respiratorio correcto. Una máscara de gas bien diseñada y costosa es inútil y podría
llamarse con mayor propiedad una "máscara mortal" si el problema atmosférico resulta ser, por ejemplo, una deficiencia de oxígeno.
Las atmósferas más peligrosas se denominan P1V y PIVS, que significan "de peligro inmediato
para la vida" y "de peligro inmediato para la vida y la salud". Recientemente, ha aumentado el uso de
las siglas PIVS. Si una sola exposición aguda es causa de muerte, se dice que la atmósfera es P1V. Si
una sola exposición aguda ocasiona un daño irreversible a la salud, se dice que la atmósfera es PIVS.
Algunos materiales, por ejemplo, el gas de fluoruro de hidrógeno y el vapor de cadmio, producen
efectos transitorios inmediatos que, aun si son graves, pueden pasar sin atención médica, pero son
seguidos por un colapso repentino y posiblemente mortal de 12 a 72 horas más tarde. Después de
recuperarse de los efectos transitorios, la víctima se "siente normal" hasta que se colapsa. Tales materiales, en cantidades peligrosas, se consideran peligro "inmediato" para la vida o la salud (ref. 45).
En este punto debería resultar evidente para el lector que la protección respiratoria consiste en
más que repartir respiradores a los trabajadores que podrían quedar expuestos a riesgos. La protección eficaz exige que se implante un programa bien planeado que incluya una selección adecuada de
respiradores, pruebas de ajuste, mantenimiento periódico y capacitación de los empleados.
Algunas empresas distribuyen respiradores entre los empleados sin molestarse en establecer un
programa completo, apoyándose en la excusa de que en realidad no hacen falta los respiradores, ya
que los contaminantes en la atmósfera de la planta no exceden los límites de exposición máximos
permisibles (LEP). Sin embargo, el gerente de seguridad e higiene se está buscando problemas si
pierde el tiempo con un programa parcial. Las atmósferas sin duda son marginales, o de lo contrario
nunca habría surgido la cuestión de un programa parcial, pero pueden deteriorarse más adelante sin
que nadie lo advierta. Los empleados estarían tranquilizados por la falsa sensación de seguridad del
programa superficial de respiradores. Podrían adquirir malos hábitos, como un mantenimiento negligente, pruebas de ajuste madecuadas o un uso inapropiado del equipo. A veces surge un sentimiento
de completa complacencia en el uso de respiradores por emplear semejante equipo cuando en realidad no es necesario.
Al igual que con el equipo de protección personal, el gerente de seguridad e higiene a menudo se
encuentra de espaldas a la pared si los empleados traen su propio equipo de protección respiratoria al
sitio de trabajo.
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