Los líquidos inflamables, como la gasolina, nos son familiares a todos, y tal vez el nuevo gerente dc
seguridad e higiene piense que las normas aplicables son las más fáciles de aprender y aplicar. Sin
embargo, son bastante complicadas, como resultado del hecho que los líquidos inflamables se utilizan
con tanta frecuencia en la industria y en cantidades y aplicaciones tan variables. Para ilustrar este punto,
los procedimientos para manejar la gasolina en una refinería de petróleo, donde la gasolina se fabrica,
difieren enormemente de los que se siguen para almacenar y manejar líquidos inflamables en una oficina u otra fábrica. Así, no hay ningún conjunto apropiado y simple de normas para líquidos inflamables.
A pesar de ser tan familiares los líquidos inflamables, la mayoría de la gente no comprende
muchos términos de uso común, como punto de inflamación, líquido clase I, inflamable, combustible
y volátil. También hay muchas confusiones respecto a las fuentes de ignición de estos líquidos y las
circunstancias bajo las cuales la gasolina, por ejemplo, se quema, explota o no se quema. Por eso, en
este capítulo empezaremos por las definiciones y los principios de la ignición de los líquidos inflamables, antes de estudiar algunos de los problemas para cumplir con las normas apropiadas.
Convendrá entonces definir primero el término más básico, a saber: liquido. Casi todos saben lo
que es un líquido, pero, por otro lado, recordemos que casi toda sustancia inflamable se encuentra
tanto en forma líquida como gaseosa, dependiendo de la temperatura o presión. Una buena regla
práctica dice que si la sustancia es líquida en las condiciones normales, se define como líquido. Con
todo, uno se mete en problemas al clasificar el propano y el butano, que son gases y no deberían
considerarse como líquidos inflamables, aunque suelan ser licuados. La definición de líquido infla-
mable de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (National Fire ProtectionAssociation,
NFPA) excluye al propano y al butano, pues deja fuera todos los "líquidos" que tengan una presión de
vapor superior a 40 libras.
El término punto de inflamación es muy importante para el gerente de seguridad e higiene,
porque es la base de la clasificación entre líquidos inflamables y combustibles. Por tanto, es principalmente el que determina las cantidades de líquido que se permite tener almacenadas en diversos
contenedores. El punto de inflamación es el grado al que se debe calentar un líquido inflamable para
que despida suficiente vapor de modo que genere un fogonazo en toda su superficie cuando se aplica
una chispa. No es lo mismo que el punto de combustión, que es una mayor temperatura y es la
temperatura a la cual el fuego se mantiene en la parte superior del líquido.
Se utilizan tres métodos de prueba básicos para determinar el punto de inflamación. La prueba
Cleveland de copa abierta es simple, pero no se emplea a menudo porque está destinada a los aceites
pesados. El más usado es el método Tag de probador cerrado. La voz Tag es simplemente una abreviatura del nombre francés Tagliabue. El tercer método es el Pensky-Martens dc probador cerrado,
que se vale de una pequeña varilla revolvedora y se aplica a los líquidos viscosos y los que forman
película en su superficie; asimismo, se usa con menos frecuencia que la prueba Tag. El método de
copa abierta es el que mejor simula las situaciones laborales en las que se trabaja con cubas o tinas
abiertas. Por su parte, el método de copa cerrada es el que mejor se asemeja a las condiciones de los
líquidos inflamables almacenados.
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