Quizá el mito más descabellado sobre la gasolina es el que sigue:
Primer mito de los líquidos inflamables
Si se pone en contacto un cigarrillo encendido con la superficie de un contenedor de gasolina, de seguro
la encenderá.
Al contrario, es casi imposible encender la superficie de un depósito de gasolina con un cigarrillo
encendido. Como con cualquier fuego común, hay tres ingredientes para lograr la combustión:
1. Combustible
2. Oxígeno (usualmente del aire)
3. Calor suficiente
Hay mucho combustible en la superficie de los contenedores de gasolina, pero los otros dos
ingredientes suelen ser insuficientes para iniciar la combustión. Una concentración de vapores de
gasolina superior a 7.6 por ciento es demasiado rica y no arderá, y en la superficie de la gasolina sin
corrientes de aire la concentración es mucho mayor que esa cifra. Asimismo, en la mayor parte de los
casos un cigarrillo encendido no está lo bastante caliente para permitir la ignición.2
De hecho, se han
llevado a cabo demostraciones dramáticas en las cuales un cigarrillo encendido se extingue al sumergirlo en una taza de gasolina. Dicho sea de paso, se corren riesgos en tales demostraciones, y no se
recomienda repetir el experimento. En efecto, las cosas pueden salir mal, como que en el papel del
cigarrillo haya una flama diminuta lo bastante caliente para la ignición. También está el problema de
hacer cruzar el cigarrillo por la región en la que los vapores no son muy ricos, lo que prendería el
fuego antes de llegar al área rica cerca de la superficie. Además, pequeñas cantidades de gasolina en
el área circundante pueden formar mezclas de vapor y aire adecuadas para la combustión. Éstas son
las razones de los letreros de "no fumar" cerca de la gasolina.
La gasolina tiene un margen de inflamación de 1.4 a 7.6 por ciento de vapores en aire seco.
Algunos otros líquidos inflamables tienen márgenes más amplios, y por eso se encienden con mayor
facilidad. En la figura 10.2 se muestran los márgenes de combustión de algunos líquidos muy inflamables de uso común. Observe que aunque la gasolina es más fácil de encender en concentraciones
"pobres" que el alcohol, éste arderá a concentraciones mucho más ricas. También advierta al enorme
margen de inflamación del bisulfuro de carbono.
El límite superior sobre el cual las concentraciones
de vapores inflamables son demasiado ricas para encenderse se denomina límite de explosión superior (LES). El límite inferior correspondiente, por debajo del cual las concentraciones de los vapores
inflamables son demasiado escasas para prender, es el límite de explosión inferior (LEI).
Otro mito concerniente a la gasolina tiene que ver con incendios en estaciones de servicio y
alrededor de depósitos subterráneos.
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