La OSHA sobrevivió a una primera década muy tormentosa. A pesar de la validez de sus propósitos,
rápidamente se convirtió en una de las oficinas más odiadas del gobierno federal. A veces pareció
inminente su desaparición, pero siguió con vida.
En la raíz de las críticas a la OSHA están sus normas. Se ha hablado mucho de "inspectores
quisquillosos", "multas injustificadas" y "técnicas tipo Gestapo", pero estas críticas nunca habrían
surgido, si las normas hubieran sido redactadas de otra manera.
Las normas originales contenían algunas cláusulas arcaicas y obsoletas que luego fueron eliminadas. Otro problema fue que cláusulas de asesoría, que contenían palabras como "debería", fueron
incorporadas como reglas obligatorias, con conjugaciones como "debe".
A las cortes no les pareció,
ni tampoco al público. Desde entonces, el gobierno se ha esforzado por eliminar las cláusulas de
asesoría de las normas. Las normas federales también han sido criticadas por su nivel de detalle,
vaguedad, redundancia e irrelevancia.
Ciertas normas federales parecen haber hecho más por las industrias que fabrican equipo de
seguridad que por la protección del trabajador. Un buen ejemplo eran las normas para los extintores
contra incendio. Ahora, la OSHA permite, para muchas aplicaciones, otras alternativas.
Una de las armas favoritas de los críticos de la OSHA es la vieja pregunta "¿ha hecho algún
bien?" Se sienten a gusto con esta pregunta, sin ningún examen a los registros, porque creen que la
OSHA no puede aportar ningún efecto benéfico medible. Es difícil evaluar el impacto de la regla-
mentación federal sobre la seguridad y la higiene de los trabajadores, porque incluso los registros
estadísticos han cambiado desde que la OSHA fue creada. Ni siquiera se han puesto de acuerdo
sobre si los cambios en los registros han hecho que las tasas de seguridad e higiene sean mejores o
peores. Algunos creen que la institución de la OSHA, cuyos funcionarios examinan registros de
lesiones y enfermedades, ha tentado a la gerencia a ocultar lesiones y enfermedades, de modo que
el registro general aparece mejor de lo que realmente es. Otros creen que ya que la ley obliga a registrar las lesiones y enfermedades que requieren tratamiento médico, los resúmenes
mostraran mas lesiones y enfermedades, y por lo tanto harán que la OSHA se vea peor Si>
go no hay duda de que en algunas áreas la OSHA ha tenido un efecto en la seguridad v la
del trabajador. Se han hecho públicas disminuciones radicales en los fallecimientos en d
en zanjas y excavaciones.
La imagen general del efecto de la OSHA en los decesos no es
nante, como lo revela la figura 4.2. Aunque a lo largo del siglo la tendencia general de las
en el trabajo ha mostrado una notable tendencia decreciente, ninguna mejora aparece con»
todo directo de la OSHA. Griff.n (ref. 48) estudió el significado estadístico del efecto de la
en los decesos, y no encontró ningún efecto estadístico importante. De hecho cuando
años de datos (de 1954 a 1991) descubrió que la tendencia seguía una línea recta muy ce
coeficiente de correlación estadístico (r2) de 0.99. La figura 4.2 muestra esta relación tan'
cambios en la tendencia en ningún lugar cercano al inicio de la institución de la OSHA en
en ningún año posterior.
El concepto de eficacia del costo continúa ganando importancia; por lo tanto, la vieja pregunta ¿hace la reglamentación federal algún bien?" está cambiando por "¿hace la reglacion el suficiente bien para justificar el costo de cumplirla?". El costo de cumplimiento es
consideración mucho mayor que el costo de las sanciones monetarias asignadas por las oficinas
reguladoras.
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