ENTRADA A UN ESPACIO CONFINADO
Un empleado de una refinería de zinc estaba trabajando en un condensador de polvo de zinc cuando se
desmayó. Otro empleado se puso un aparato independiente de respiración (AIR) e intentó entrar al condensador para rescatar al empleado caído. Como no pasara por el portal utilizando el AIR, se lo quitó, lo
entregó a otro empleado y entró al condensador. Había planeado que el tercer empleado le pasara el AIR
por el portal, volver a ponérselo y continuar con el rescate, pero se desmayó y cayó antes de poder volver
a ponerse el AIR. El primer empleado fue declarado muerto en el lugar; el frustrado rescatista falleció dos
días después. Más tarde se determinó que el contaminante tóxico del aire era monóxido de carbono
(historia de caso mortal de la OSHA).
La situación que refiere el caso 11.1 no es poco común. Los riesgos de entrada a espacios
confinados han motivado a la OSHA a promulgar una norma sobre el tema, que estudiaremos en una
sección posterior.
En la actualidad, la mayor parte de los aparatos independientes de respiración son de circuito
abierto, esto es, la respiración exhalada se descarga en la atmósfera (véase la figura 11.6). Las unidades de circuito cerrado reciclan la respiración exhalada y restauran los niveles de oxígeno. La ventaja
del circuito cerrado es que el equipo puede ser mucho más pequeño y ligero por minuto de uso
máximo permisible. Algunas clases de circuito cerrado (véase la figura 11.7) tienen un pequeño
tanque de oxígeno a alta presión para restaurar los niveles de oxígeno después de que se elimina el
bióxido de carbono. Otras clases utilizan una reacción química para restaurar los niveles de oxígeno,
con lo que la unidad es muy pequeña. La fuente es un superóxido de potasio, del cual el oxígeno se
desprende por simple contacto con agua, que proviene de la humedad de la respiración del usuario. El
proceso químico tarda algún tiempo en funcionar y equilibrarse, así que el usuario debe iniciar el
sistema mientras aún está al aire libre, antes de entrar en la zona de riesgo. Un peligro de la unidad
química de generación de oxígeno es que debe sellarse el superóxido de potasio, excepto por la
pequeña cantidad de humedad de la respiración. Si el agua inunda el interior de la unidad, casi de
seguro provocará una explosión. Otro peligro es que provee de una atmósfera rica en oxígeno, lo que
plantea riesgos de incendio.
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