CASO
ENVENENAMIENTO POR SULFURO DE HIDRÓGENO
Un trabajador de mantenimiento entró por una lumbrera de alcantarilla para reparar una tubería y se
desmayó en el fondo. Un colega que lo estaba observando entró a la lumbrera, perdió el conocimiento y
cayó también al fondo. Un supervisor se asomó por la apertura, vio al supuesto rescatista y entró para
tratar de sacarlo. Sin embargo, se mareó, salió del lugar y se desmayó. Cuando recobró el conocimiento,
llamó a servicios de rescate y de emergencia. Los dos trabajadores murieron por envenenamiento con
sulfuro de hidrógeno (ref. 45)
En retrospectiva, parece que el segundo trabajador y el supervisor no debieron haber entrado al
lugar. Sin embargo, el caso 11.2 no es un incidente aislado. Son bastante comunes incidentes de
fallecimientos dobles e incluso triples. En la premura de la emergencia, hay una fuerte tendencia a
intentar salvar a la víctima, y de alguna forma nuestros procesos de razonamiento no nos dicen que lo
que le pasó al primer trabajador nos pasará también a nosotros. Según parece, pensamos que estaremos más alerta a los síntomas que la primera víctima y que saldremos rápidamente en cuanto nos
demos cuenta de que estamos sufriendo el mismo destino.
La OSHA tiene mucho interés en este riesgo, y durante muchos años reunió datos, opiniones de
representantes de la industria y de los sindicatos y propuso formas de redactar una norma que se
refiriera específicamente a los riesgos en espacios encerrados. Entretanto, continuó investigando
tales fallecimientos y notificando al patrono, apoyándose por lo general en la cláusula de responsabilidad general. A principios de 1993, la OSHA terminó la redacción de una norma para espacios
encerrados con vigencia a partir del 15 de abril de 1993. La norma ha cristalizado el sentir de la
industria concerniente a lo que debe hacerse a fin de prepararse y evadir los riesgos en los espacios
encerrados.
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