Los espacios cerrados tienen más riesgos de lo que la gente piensa. El riesgo principal es la atmósfera
que el trabajador respira, pero no es de ninguna manera el único. Algunos espacios cerrados presen-
tan un riesgo mecánico, como la pesadilla de descender en un espacio cada vez más angosto que
puede atrapar al trabajador, haciendo que todo movimiento de escape no haga más que agravar el
problema y lo deje confinado sin esperanzas en un espacio sofocante.
El riesgo de entrampamiento en
lugares como silos, cubas de almacenamiento en forma de cuña, embudos alimentadores y recolectores
ciclón (véase la figura 9.5) es real e incluso común en las industrias agrícolas y de procesamiento de
materiales.
Otro riesgo que no tiene nada que ver con la calidad atmosférica es quedar sepultado. La arena,
el grano y otros materiales granulares sólidos tienen propiedades parecidas a los fluidos. Quienes
caen en ellos quedan atrapados y rodeados mientras se hunden más con cada movimiento. La muerte
sobreviene en por lo menos dos formas: por respirar el polvo y otras partículas de material que bloquean los conductos pulmonares, o bien por quedar aplastado con el peso del material que se cierra
alrededor de las víctimas. Veamos ahora el caso 11.3.
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