Muchas veces, el gerente de seguridad e higiene será el responsable de la estación de primeros auxilios y de supervisar la enfermera de la planta. La estación de primeros auxilios puede cumplir varias
funciones adicionales, además de proveer cuidado inmediato a lesionados.
Por ejemplo, sirve para
pruebas médicas, exámenes de selección y vigilancia de efectos crónicos y agudos de riesgos a la
salud. Asimismo, la enfermera de la planta y demás personal de primeros auxilios tienen la responsabilidad de llevar a cabo parte de las funciones de registro e informe que estudiamos en el capítulo 2.
En ausencia de una enfermería, clínica u hospital "en las cercanías" del lugar de trabajo, se debe
contar con una persona capacitada en primeros auxilios. En este contexto, no parece que haya nadie
capaz de determinar con autoridad lo que significa cercanías.
A este respecto, en los Estados Unidos
se han comparado diversas interpretaciones, y en su mayor parte la opinión ha oscilado entre cinco y
15 minutos de tiempo en auto. La interpretación depende a veces si la ruta al hospital atraviesa o no
la vía de un ferrocarril. Si el lugar de trabajo no en sí mismo un hospital o una clínica ni está justo al
lado, se recomienda al gerente de seguridad e higiene que se asegure que por lo menos uno, y preferiblemente más de uno de los empleados esté capacitado en primeros auxilios.
Debe haber a la mano un botiquín de primeros auxilios, y el gerente de seguridad e higiene debe
solicitar el consejo de un médico en lo concerniente a la selección de estos materiales. Los médicos se
muestran reacios a dar tales consejos, quizá porque temen enredarse más adelante en cuestiones
legales si ocurre un accidente y no hay el material adecuado. Los gerentes de seguridad e higiene
deben esforzarse por conseguir estos consejos y después documentar lo que hicieron.
Otra consideración respecto a los primeros auxilios es la provisión de duchas y estaciones de
lavado de ojos de emergencia en áreas donde sea posible la exposición a materiales dañinos corrosivos. Casi todos han visto la regadera de tipo de diluvio, que se activa jalando de un gran anillo sujeto
a una cadena que abre la válvula. Las instalaciones para lavado de ojos son similares a las fuentes
para beber pero disparan dos chorros, uno para cada ojo.
Dado el costo y la permanencia de las instalaciones convencionales de lavado de ojos,
algunos individuos emprendedores e innovadores han comercializado una simple botella de plástico con agua, con un tubo de plástico que cuelga de un letrero que identifica su propósito para el
lavado de ojos de emergencia. Quizá esta solución no sea la que los redactores de la norma
tenían en mente, pero las botellitas de agua no carecen de méritos. En primer lugar, pueden
colocarse mejor en los lugares más convenientes para su uso inmediato en caso de accidentes. La
mayor parte de las disposiciones físicas del lugar de trabajo cambian con bastante frecuencia,
por lo que una instalación de lavado de ojos permanente suele ser engorrosa y cara y a menudo
queda en el sitio equivocado. Aún más, el método de la botella de agua permite introducir antídotos o agentes neutralizadores para determinados materiales corrosivos. Pero ¡ay!, del lesiona-
do que utilice un antídoto para ácido si se expuso a un cáustico, o viceversa. Además, por lo
regular el volumen de agua está limitado a poco más de un litro o cuando mucho tres. No será
suficiente agua si el manual de primeros auxilios especifica que se enjuaguen los ojos "con
abundante líquido durante 15 minutos".
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