Una gran preocupación del gerente de seguridad e higiene respecto a la protección cutanea
está en los solventes de la planta. Los solventes son esenciales para la eliminación de grasas y de
los lubricantes de corte, y aquí aparece otra razón para trabajar, si fuera práctico, sin lubricantes
de corte. Un solvente familiar es el tricloroelileno, y muchos trabajadores tienen la mala costumbre de lavar piezas en tricloroetileno con las manos desnudas. Entre las alternativas se cuenta el
uso de canastas de alambre para manejar las piezas dentro del solvente, o bien en algunas situaciones sustituir el tricloroetileno por agua y jabón. En su mayor parte, el jabón y el agua no serán
tan buenos para cortar los aceites y las grasas, pero muchas veces bastan. El gerente de seguridad
e higiene no está realizando su trabajo a menos que identifique estas situaciones y llame la atención de la dirección y los ingenieros. Cuando otros solventes, canastas de alambre y otros controles de ingeniería sean impracticables, es necesario equipo de protección personal, por ejemplo los
guantes.
Parece apropiado concluir el análisis de los riesgos cutáneos, guantes y ropa protectora mencionando una de las medidas de protección personal más sencillas: a saber, la limpieza y la higiene
personales. Los trabajadores acuciosos para lavarse las manos y el cuerpo con frecuencia disfrutan de
menor incidencia de enfermedades cutáneas. Es fácil comprender por qué. Con irritantes cutáneos, en
igualdad de circunstancias el alcance de la lesión está relacionado directamente con la duración de la
exposición. Es fácil olvidar cuán convenientes son el agua y el jabón para eliminar elementos agresivos de toda suerte.
¿Qué puede hacer el gerente de seguridad e higiene para motivar a los trabajadores a adoptar
buenos hábitos de limpieza e higiene? La respuesta es la capacitación y los recordatorios motivacionales,
en forma de letreros y carteles por toda la planta. Pero esta respuesta obvia no es la única, y quizás ni
siquiera la mejor. El gerente de seguridad e higiene debe tratar de influir en la selección y el diseño de
baños convenientes, bien mantenidos y agradables que subirán la moral de los empleados al tiempo
que los motivan a lavarse periódicamente. No hay nada más desalentador para los empleados que
llegar a un baño sin agua caliente, ni jabón ni toallas.
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