martes, 30 de diciembre de 2008

Recomendación

La Recomendación como acto de la Unión Europea no tiene efectos jurídicos, sino únicamente un cierto peso político y moral.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Seguridad en el Trabajo

La Seguridad en el Trabajo consiste en un conjunto de técnicas y procedimientos que
tienen por objeto evitar y, en su caso, eliminar o minimizar los riesgos que pueden conducir
a la materialización de accidentes con ocasión del trabajo, (lesiones, incluidos los efectos agudos producidos por agentes o productos potencialmente peligrosos).

Es necesario poseer conocimientos de diversa índole, como ingeniería, gestión empresarial, economía, derecho, estadística, psicosociología, pedagogía, etc.

Se persiguen esencialmente dos tipos de objetivos:

- Evaluación de los riesgos (incluida su identificación) e investigación de accidentes
- Corrección y control de los riesgos (incluida su eliminación), en consecuencia. Consecuentemente, las técnicas de seguridad se clasifican en analíticas y operativas.

Según el campo de actuación se cuenta con técnicas generales de seguridad, como la organización, economía, estadística, señalización, etc., y con técnicas específicas, como seguridad química, seguridad eléctrica, prevención y lucha contra incendios, seguridad de las máquinas, etc. o por sectores de actividad, como seguridad en la construcción, seguridad minera, seguridad en la agricultura, seguridad en el transporte, etc.

Cuando se habla de seguridad industrial, se amplía el concepto al integrar en los objetivos de prevención y protección a toda persona que pudiera verse afectada por la actividad industrial, tanto en lo que respecta a su integridad física y su salud, como a la integridad de sus bienes, y al medio ambiente.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Disciplinas básicas

Las actuaciones en materia de prevención de riesgos laborales están marcadas por su
carácter interdisciplinario, y multidisciplinario, y su necesaria integración en todas las fases del proceso productivo y en la organización de la empresa. En este sentido, cualquiera que sea el nivel y especialidad de quienes despliegan una actividad en ella, deben tener una formación suficiente y adecuada con el objeto de asumir satisfactoriamente y con garantía
la prevención en su ámbito de actuación y responsabilidad.

No obstante, actualmente se reconocen cinco disciplinas básicas en materia de prevención
de riesgos laborales. Una de ellas tiene ya un reconocimiento de especialidad con plena validez académica en varios Estados miembros de la Unión Europea, entre ellos España. Se trata de la Medicina del Trabajo. Las otras aún no han alcanzado este estatus, pero se reconocen como tales disciplinas básicas en el Reglamento de los Servicios de Prevención.

Previamente hay que tener en cuenta que se puede actuar para prevenir los riesgos laborales a cuatro niveles:

1)En la concepción y el diseño. Aquí es necesario que los profesionales tengan asumida la filosofía preventiva, junto con los conocimientos preventivos necesarios en su formación académica y de especialización. Se trata de evitar el riesgo, o en todo caso minimizarlo.

2) Sobre el origen del riesgo, con objeto de eliminar el riesgo o, en su caso, reducirlo todo lo posible.
3) Sobre el medio ambiente de trabajo o medio de transmisión del riesgo, con objeto de controlar el riesgo.

4) Sobre la propia persona, con objeto de protegerla mediante equipos de protección individual contra los riesgos existentes, de promover y vigilar su salud y de educarla y formarla adecuadamente. Cabría añadir las instrucciones e información dirigidas individualmente, así como actuaciones de carácter organizativo (cambio de tarea o método, rotación de puestos, etc.).

sábado, 27 de diciembre de 2008

Prevención de riesgos laborales

Por otra parte, conviene precisar qué se entiende por prevención de riesgos laborales.
Se trata del conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas, en todas las fases
de actividad de la empresa (incluida la concepción, diseño y proyecto de procesos, lugares
de trabajo, instalaciones, dispositivos, procedimientos,etc.) dirigidas a evitar o minimizar los riesgos, en este caso, laborales o derivados del trabajo.

La Organización Mundial de la Salud OMS distingue tres niveles:

* Prevención primaria, dirigida a evitar los riesgos o la aparición de los daños
(materialización de los riesgos) mediante el control eficaz de los riesgos que no pueden evitarse. Esta prevención, obviamente es la más eficaz, incluso, atendiendo a lo expuesto con anterioridad, es la más eficiente. A su vez puede implicar distintos tipos de acciones, que se describen a continuación por orden decreciente de eficacia:

- Prevención en el diseño. Absolutamente lo más eficaz. A la hora de la concepción y diseño de instalaciones, equipos, herramientas, centros y puestos de trabajo, procesos, métodos, organización del trabajo, etc. hay que tener en cuenta los principios de prevención, y en primer término, tratar de evitar los riesgos.

- Prevención en el origen. Se trata de evitar la aparición de riesgos como resultado de defectos en la fabricación, construcción, implantación e instalación, referido tanto a equipos, procesos, etc., como procedimientos, capacitación, etc., y, en los casos de riesgos inevitables, combatirlos en el origen o foco, mediante técnicas o medidas adecuadas, por ejemplo, mediante el aislamiento o enclaustramiento.

- Prevención en el medio de transmisión. Se trata de evitar la exposición al riesgo por interposición de barreras entre el origen y las personas, actuando sobre el medio mismo absorbiendo o anulando el agente o situación de riesgo, e incluso, actuando sobre la misma organización del trabajo, por ejemplo, mediante el alejamiento o sistemas de alarma.

- Prevención sobre la propia persona. Mediante la utilización de medios de protección individual, la educación, la información, la formación, la vigilancia de
la salud, la vacunación, la disminución del tiempo de exposición, etc.


* Prevención secundaria. Cuando ha comenzado el proceso de alteración de la salud, aunque no se manifieste de una manera clara; en general puede tratarse de una fase inicial, subclínica, muchas veces reversible. Las actuaciones preventivas en estos casos son principalmente la adecuada vigilancia de la salud para un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz.

* Prevención terciaria. Hay que aplicarla cuando, existe una alteración patológica de la salud o durante la convalecencia de la enfermedad o posteriormente a la misma. Se trata de prevenir la reincidencia o las recaídas, o las posibles "complicaciones" o secuelas, mediante el adecuado tratamiento y rehabilitación, como principales medidas

viernes, 26 de diciembre de 2008

Normas (V)

Volviendo a la familia de normas ISO 9000, cabe establecer el resumen y clasificación siguiente:






Según lo anterior, en situaciones no contractuales, esto es, cuando entre el proveedor y el cliente no existe una relación de suministro establecida mediante contrato, la norma ISO 9004:1994 proporciona las directrices para la implantación del sistema de calidad que asegure internamente al proveedor que todos los factores técnicos, humanos y documentales que afectan al resultado final son adecuados.

Para casos donde el nivel de calidad esté recogido en contrato, el proveedor y el cliente pueden elegir el modelo, de los tres que se citan, que más se ajusta a las condiciones particulares de la relación contractualmente establecida de compra y venta de productos o servicios. Las tres normas (ISO 9001:1994, ISO 9002:1994 e ISO 9003:1994) constituyen la base para que el cliente, o terceros, evalúen si el sistema de calidad del proveedor es capaz de asegurar el nivel de calidad establecido en el contrato.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad: Normas (IV)

Por lo anterior, en adelante se describirá no sólo de 1994, sino también los requisitos nuevos y los que se modifican en la versión de 2000.

Las normas de la serie ISO 9000, con denominación española completa, son las siguientes:

- UNE-EN-ISO 9000-1:1994 Normas para la gestión de la calidad y el aseguramiento de la calidad. Parte 1: Directrices para su elección y utilización.

Esta norma clarifica los principales conceptos relacionados con la calidad, y proporciona una guía para la selección y utilización con este fin de las Normas de la familia ISO 9000:1994.

- UNE-EN-ISO 9000-2: 1994 Normas para la gestión de la calidad y el aseguramiento de la calidad. Parte 2: Directrices genéricas para la aplicación de las Normas ISO 9001:1994, ISO 9002:1994 e ISO
9003:1994.

Esta norma facilita una guía sobre la implantación de los capítulos de las normas del aseguramiento de la calidad, y es especialmente útil durante la implantación inicial.

- UNE-EN-ISO 9000-3: 1994 Normas para la gestión de la calidad y el aseguramiento de la calidad. Parte 2: Guía para la aplicación de la norma ISO 9001:1994
al desarrollo, suministro y mantenimiento del soporte lógico. (software).

Esta norma establece directrices de aplicación de la Norma ISO 9001:1994 en el caso de organizaciones que desarrollan, suministran y mantiene soportes lógicos (software), sugiriendo controles y métodos apropiados para este fin.

- UNE-EN-ISO 9000-4: 1994 Normas para la gestión de la calidad y el aseguramiento de la calidad. Parte 4: Guía para la gestión de un programa de seguridad de funcionamiento.

Abarca las características esenciales en lo relativo a la planificación, organización, dirección y control de recursos para fabricar productos que sean fiables y mantenibles.

- UNE-EN-ISO 9001: 1994 Sistemas de la calidad. Modelo para el aseguramiento de la calidad en el diseño, el
desarrollo, la producción, la instalación y el servicio posventa.

- UNE-EN-ISO 9002: 1994 Sistemas de la calidad. Modelo para el aseguramiento de la calidad en la producción,
la instalación y el servicio posventa.

- UNE-EN-ISO 9003: 1994 Sistemas de la calidad. Modelo para el aseguramiento de la calidad en la inspección y los ensayos finales.

- UNE-EN-ISO 9004-1: 1994 Gestión de la calidad y elementos del sistema de la calidad. Parte 1: Directrices.

Esta norma trata una serie extensa de elementos de la calidad relativos a todas las fases y actividades del ciclo de vida de un producto, para prestar ayuda a una organización para que seleccione y aplique elementos apropiados a sus necesidades.

- UNE-EN-ISO 9004-2: 1994 Gestión de la calidad y elementos del sistema de la calidad. Parte 1: Guía para los servicios.

Esta norma complementa a la anterior, respecto a los servicios.

- UNE-EN-ISO 9004-3: 1994 Gestión de la calidad y elementos del sistema de la calidad. Parte 1: Directrices para materiales procesados.

Esta norma afecta fundamentalmente a aquellos materiales procesados, productos que se entregan típicamente en sistemas de volumen, tales como tuberías, latas, etc.

En estos casos, cobra una importancia capital la utilización de muestreos estadísticos y procedimientos de evaluación de los mismos.

- UNE-EN-ISO 9004-4:1994 Gestión de la calidad y elementos del sistema de la calidad. Parte 1: Directrices para la mejora de la calidad.

- UNE-EN-ISO 9001:2000 Sistemas de gestión de la calidad-registros.

- UNE-EN-ISO 9004:2000 Sistemas de gestión de la calidad- recomendaciones para llevar a cabo la mejora.

Además de las anteriores, hay que citar las normas de la serie ISO 10000 siguientes, que tratan sobre la calidad:

- ISO 10011-1:1990 Reglas generales para la auditoría de los sistemas de la calidad. Parte 1: Auditorías.

- ISO 10011-2:1991 Reglas generales para la auditoría de los sistemas de la calidad. Parte 2: Criterios para la cualificación de los auditores de los sistemas de
la calidad.

- ISO 10011-3:1991 Reglas generales para la auditoría de los sistemas de la calidad. Parte 3: Gestión de los programas de auditoría.

- ISO 10012-1:1992 Requisitos de aseguramiento de la calidad de los equipos de medida. Parte 1: Sistema de confirmación metrológica de los equipos de medida.

Este grupo de normas se complementa con la siguiente:

- ISO 8402:1994 Gestión de la calidad y aseguramiento de la calidad. Vocabulario.

martes, 23 de diciembre de 2008

Normas (III)


La familia de normas ISO 9000 describen lo que un proveedor tiene que hacer para
asegurar que sus productos o servicios cumplan con los requisitos o normas contractuales
y que un nivel de calidad acordado sea alcanzado. No se trata de requisitos "técnicos"
típicos de las normas de productos o contractuales, sino que los complementan.

Se trata de que la implantación de los sistemas de calidad acordes con las ISO 9000 según proceda, asegura que, permanentemente, de forma continua, el producto o servicio será fabricado o prestado adecuadamente cumpliendo con los requisitos de las normas técnicas o las especificaciones contractuales del producto o servicio.

Las normas de la serie ISO 9000 en su versión de 1994 se sustituye por la correspondiente al año 2000 a partir del último trimestre del mismo, si bien ambas coexistirán durante un período de tres años. Esta transición está prevista para favorecer la adaptación de los Sistemas de Calidad implantados.

Esta nueva norma pasa de ser una norma instrumental a ser un verdadero modelo de Sistema de Gestión de la Calidad, destacando el hecho de que los requisitos que establece, además del aseguramiento de la calidad del producto/servicio, pretenden corregir también la satisfacción del cliente.

Esta Norma Internacional promueve la adopción de un enfoque a procesos para el desarrollo, implementación y mejora de la eficacia de un sistema de gestión de la calidad, para aumentar la satisfacción del cliente mediante el cumplimiento de sus requisitos.

Para que una organización funcione de manera eficaz, tiene que identificar y gestionar numerosas actividades relacionadas entre sí. Una actividad que utiliza recursos, y que se gestiona con el fin de que las entradas sean transformadas en salida, puede considerarse como un proceso. Frecuentemente la salida de un proceso forma directamente la entrada del siguiente proceso.

La aplicación de un sistema de procesos dentro de la organización, junto con la identificación e interacciones entre los procesos, así como su gestión, puede denominarse como “enfoque a procesos”.

Una ventaja del enfoque a procesos es el control continuo que proporciona sobre los puntos de unión entre los procesos individuales dentro del propio sistema de procesos, así como sobre su combinación e interacción.

Cuando se utiliza dentro de un sistema de gestión de la calidad, un enfoque de este tipo enfatiza la importancia de:

a) la comprensión y el cumplimiento de los requisitos,
b) la necesidad de considerar los procesos en términos de valor agregado,
c) la obtención de resultados del desempeño y eficacia de los procesos, y
d) la mejora continua de los procesos en base a mediciones objetivas.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Evaluación de riesgos en la Seguridad Laboral. Medidas de protección (VI)

Por último queda la cuestión de vital importancia respecto a la reacción ante accidentes y planes de emergencia, para lo cual se ha debido de elaborar un análisis adecuado de los equipos y procedimientos que se han de tener a disposición de los trabajadores para poder reaccionar en el menor plazo posible ante situaciones anómalas. También se ha de contar en estas situaciones con diseños previos que contemplen la mitigación de los efectos de los accidentes, y eviten la propagación amplificada de éstos, mediante incendios, fallos en cadena, liberaciones adicionales de productos tóxicos y similares. Téngase en cuenta que en gran medida la capacidad de reacción ante una emergencia es función fundamental de las prevenciones que se hayan identificado a priori en el manual de seguridad y en el plan de emergencia que se haya previsto por los sistemas de prevención y por las auditorías de seguridad.

Para la realización de estas auditorías y en general de la evaluación de riesgos en el puesto de trabajo, conviene citar varia documentación ya existente, aunque todavía no absolutamente rodada, tanto en el campo internacional como en el nacional. Por lo que corresponde al primero, la U.E. ha elaborado una guía para orientación de la evaluación de los riesgos en el puesto de trabajo, publicada por la Dirección General de Empleo, Relaciones Laborales y Asuntos Sociales (Luxemburgo, 1997) con el título “Directrices para la evaluación de riesgos en el lugar de trabajo”.

También cabe consultar la información generada por la agencia norteamericana OSHA
(Occupational Safety Helath Agency, consultable en www.osha-slc.gov).

Por lo que corresponde al ámbito nacional, hay que dejar constancia de la existencia
de una norma experimental, concretamente la UNE 81900-1996 EX, en la cual se establecen los requisitos que integran un sistema de gestión para la prevención de riesgos laborales.

La norma parte de un planteamiento de cual ha de ser la política de prevención de riesgos laborales, y como ésta se puede implantar gracias al adecuado sistema de gestión y de prevención de esos riesgos. En la Norma se establecen responsabilidades y una metodología genérica de la evaluación de los riesgos.

Uno de los apartados más importantes está destinado al análisis de la planificación de la prevención con dos epígrafes fundamentales:

- Los objetivos y metas en la prevención de riesgos laborales,
- El programa de gestión en la prevención de sus riesgos


Como en la práctica totalidad de la normativa,un apartado importante se dedica a la documentación de dicho sistema de gestión y al mecanismo para elaborar un manual de prevención y seguridad a partir de dicha documentación.

Una cuestión capital en la praxis de la metodología operativa de la seguridad laboral es el control de las actuaciones, que implica mantener actualizado un registro de la prevención de riesgos. Esto permite en definitiva configurar una sistemática de evaluación del propio sistema de gestión de riesgos laborales.

Aunque esta norma tenga carácter experimental, desde el punto de vista de su aplicación es perfectamente válida, y puede orientar sobradamente para efectuar auditorías de seguridad y confeccionar los manuales correspondientes.


Ahora bien, conviene subrayar que no existe un único modelo de empresa ni organización de trabajo, ni todas las actividades presentan el mismo tipo de riesgo, y por tanto en principio no existe un único procedimiento para evaluarlos.

La empresa puede adoptar cualquiera de los métodos que mejor se adapten a sus peculiaridades o recurrir a auditorías exteriores de personal solvente, o de mutuas de trabajo que tengan especialistas

En todo caso, la evaluación de los riesgos debe tener en cuenta los requisitos impuestos por la legislación, y particularmente el R.D. 39/1997 de los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales, lo cual es de obligado cumplimiento, y su observancia es fundamental para evitar responsabilidades civiles y penales en esta materia.


domingo, 21 de diciembre de 2008

Evaluación de riesgos en la Seguridad Laboral. Medidas de protección (V)

Un tercer grupo de indicadores lo forma la siniestralidad en sí misma, como pueden ser los de tipo:

- Personal, como es el índice de frecuencia y el índice de incidencia en los trabajadores, medido bien en tiempo, bien en número de éstos.
- Materiales, que debe reflejar el número total de averías, y sus clases; identificación
del tipo de maquinaria que genera los accidentes; y número de escapes de productos peligrosos o de fluidos de gran contenido energético.
- Inmateriales, como son los que pueden afectar al buen nombre de la empresa por la acumulación de accidentes, o los que pongan en evidencia la utilización de tecnología inadecuada en diversos procesos.
- Económicos, destinados a valorar la incidencia económica de los accidentes, como
es el coste total de los accidentes, tanto de manera directa como en lucro cesante, los valores medios de pérdida por accidente para los diversos tipos de riesgo, y en definitiva la relación entre los costes directos de la siniestralidad y los reintegros recuperados por la cobertura de riesgos que se haya establecido previamente mediante las correspondientes primas.
- Legales, que debe incluir el número de condenas judiciales falladas en contra, debido a accidentes o siniestros; el número de denuncias efectuadas por las administraciones públicas y sus inspecciones, el número de denuncias efectuadas por los trabajadores, y en definitiva el número de denuncias o reclamaciones que vengan de terceras partes, incluyendo de manera muy especificada las reclamaciones de consumidores directos o de usuarios del servicio industrial prestado.


Respecto de esto último, es común en las entidades empresariales que producen productos o prestan servicios bajo garantía, el establecimiento de un fondo de garantía, con el cual atender las reclamaciones habidas. En este caso resulta un indicador muy significativo de la seguridad y calidad de los servicios suministrados, el valor del fondo de garantía ejecutado, respecto del volumen de ingresos de la compañía.

En definitiva en la seguridad laboral importa de manera esencial la identificación de los peligros inherentes a los diversos puestos de trabajo, y la aplicación de la normativa adecuada para garantizar que las variables físicas y químicas sujetas a límites máximos no llegan a valores por encima de éstos.

Adicionalmente a esta primera aproximación, cabe la identificación de medidas de protección individuales y generales para mitigar los efectos ordinarios de las variables físicas y químicas sobre los trabajadores.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Evaluación de riesgos en la Seguridad Laboral. Medidas de protección (V)

En el ámbito global de la seguridad laboral tienen también considerable importancia, aunque no son propiamente parte de la seguridad industrial, los historiales médicos del personal, puesto que no solo se trata de la prevención de accidentes sino de la precaución contra las enfermedades profesionales. A este respecto cabe indicar la existencia del Real Decreto de Enfermedades Profesionales R.D. 1955/1978.

Se ha mencionado reiteradamente que el tema de la seguridad laboral debe ser fundamentalmente precautorio, y encaminado a evitar daños actuando sobre los orígenes del peligro. No obstante, hay que tener en cuenta que los accidentes y las enfermedades laborales son imposibles de prevenir en su totalidad por las propias incertidumbres y por la naturaleza estocástica de los fenómenos físicos y del comportamiento humano. Debido a ello, es muy importante mantener un historial sobre
la siniestralidad producida, que permita ir mejorando los aspectos que hayan fallado en la seguridad.

Esta práctica de revisión de los casos anómalos producidos se da tanto para la seguridad ocupacional como para los otros tipos de seguridad, particularmente es significativa en el estudio de los accidentes graves.

Por último, y de forma sistematizada, conviene que mediante el historial de la siniestralidad, se establezcan indicadores que permitan tener una idea de cual es en términos cuantitativos la situación de seguridad de una determinada empresa o sector respecto de lo que sería deseable o de la inseguridad por causas naturales. Los tipos de indicadores que más se utilizan a este respecto son:

- Indicadores de seguridad, como son los tiempos transcurridos sin accidente laboral con baja, o la producción conseguida sin pérdidas por averías o accidentes. En términos estadísticos ésto se suele denominar tiempo medio entre fallos, aunque también cabe aplicarlo a accidentes de tipología inespecífica.
- Indicadores de prevención, que a su vez pueden ser de diversa índole:
- Económicos, como es el coste de la gestión de seguridad, y el porcentaje que se dedica a seguridad en las inversiones de nueva planta o en la atención rutinaria a la seguridad, tomando en este caso como referencia el volumen de ingresos totales de la entidad.
- Organizativos, como son el porcentaje de las medidas correctoras, previamente identificadas que se han logrado poner eficientemente en marcha, en un plazo dado, generalmente un año.
- Técnicos, como es el porcentaje de horas dedicadas a formación en seguridad por las diversas categorías o especialidades de trabajadores. También se considera un indicador técnico el porcentaje de situaciones anómalas o imprevistas resueltas convenientemente mediante la correspondiente aplicación de una medida de emergencia prevista o simplemente por la reacción adecuada del personal involucrado.
- Legales, como puede ser el porcentaje de cumplimiento de la reglamentación, que tendría que llegar al 100% en la situación ideal, así como el número de normas recomendadas que se han puesto en práctica para estar más al día respecto del estado del arte.

lunes, 15 de diciembre de 2008

De las materias primas al producto final: peligros, riesgos y seguridad

Al abordar el impacto que un producto puede tener sobre el medio ambiente a lo largo de
su ciclo de vida, es conveniente tener en cuenta los conceptos de peligro, riesgo y seguridad.

El peligro está ligado a las propiedades intrínsecas del producto y es una forma potencial
de perjuicio o daño para personas, bienes o el entorno. Hay varias formas de identificar el peligro de un producto:

- Examen de las propiedades físicoquímicas
- Examen de su reactividad en animales de laboratorio (toxicidad) y en especies naturales (ecotoxicidad) extrapolando, posteriormente, este comportamiento frente al ser humano y el medio ambiente

domingo, 14 de diciembre de 2008

Ciclos en la naturaleza. Necesidad de una gestión unitaria del medio ambiente (II)

La respiración y la fotosíntesis son los dos fenómenos biológicos claves en la circulación de carbono. Por la fotosíntesis, se elaboran las sustancias bioquímicas y se capta energía solar. Mediante la respiración, los seres vivos transforman la energía recibida en forma de nutrientes en trabajo necesario para su desplazamiento, mantenimiento, crecimiento y reproducción. El efecto humano sobre el ciclo del carbono
se materializa, fundamentalmente, en la generación de energía a partir de combustibles fósiles.

El oxígeno es otro elemento clave en la naturaleza. Su ciclo es complicado porque puede combinarse químicamente de muchas formas y puede presentarse, a su vez con dos combinaciones moleculares: O2 y O3. La primera es la forma común en la oxidación de la materia orgánica mientras que la segunda (denominada ozono) contribuye a protegernos
de la radiación solar ultravioleta. La estabilidad de muchos compuestos químicos de los que forma parte el oxígeno hace que su ciclo, en algunos casos, pueda detenerse para incorporarse al cabo de mucho tiempo después.

El nitrógeno constituye una parte importante de la vida. El nitrógeno gaseoso constituye el 79 %, aproximadamente, de la atmósfera. Solo es asimilable en estas condiciones por las algas verdiazules así como algunos hongos y bacterias. A su vez, cuando la materia orgánica se descompone, se liberan compuestos nitrogenados algunos de los cuales pueden ser asimilados por los vegetales mientras que, los restantes se liberan a la atmósfera como nitrógeno gaseoso por la acción de las bacterias desnitrificantes. La acción humana sobre el ciclo de este elemento se materializa en la fabricación de fertilizantes nitrogenados a partir de nitrógeno atmosférico y en los vertidos a las aguas superficiales de compuestos nitrogenados que desencadenan un crecimiento excesivo de
la vegetación (eutrofización) con pérdida de oxígeno en dichas aguas.

El fósforo es, también, un elemento imprescindible para el desarrollo de la vida aunque
se precisa en menor cantidad que los anteriores. El fósforo se presenta en forma de depósitos minerales rocosos. La liberación de sales fosfóricas solubles de estas rocas permite que el fósforo sea asimilado por los vegetales con lo que se pone en marcha la parte biológica del ciclo que termina en el suelo por efecto de la descomposición de la materia orgánica. Desde suelo y agua, el fósforo puede ir a las profundidades marinas como nuevo depósito mineral o puede volver a incorporarse a los seres vivos.

Pueden considerarse, también, los ciclos de los restantes elementos de importancia para los seres vivos lo que resulta de gran interés si quiere analizarse el papel de los seres humanos en la transformación de la biosfera. No obstante, este objetivo excede los límites de este texto por lo que simplemente merece apuntarse que, como resultado de la actividad humana aparecen, en ocasiones, elementos con ciclos poco dinámicos como es el caso, por ejemplo, de los llamados metales pesados de efectos bastante perjudiciales debido a su bioacumulación.

Los diferentes recursos empleados en nuestra actividad económica (agua, madera, alimentos, petróleo, hierro, etc.) participan, según se ha señalado, en un sistema dinámico
e interconectado que es la Tierra cuyo presente y futuro hay que proteger. Esto implica, en primer lugar, disponer de un plan de actuación consecuente con este objetivo y, en segundo lugar, actuar de acuerdo con él.

En el campo de la actividad industrial hay que tener en cuenta que todo proceso productivo puede causar, en mayor o menor medida, molestias e incluso peligro para su propio entorno. Este riesgo es patente, no solo, durante el conjunto de operaciones y procesos que conducen a la transformación de materias primas en productos de consumo sino que puede manifestarse en los desechos generados durante el proceso o, debido a
las características del propio producto fabricado.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Ciclos en la naturaleza. Necesidad de una gestión unitaria del medio ambiente (I)

La vida en la Tierra se desarrolla en la parte más externa de su corteza. En ella existen
los tres estados de la materia: sólido, líquido y gaseoso y se recibe la energía externa del
Sol. Todo ser vivo, animal o vegetal, necesita estar abierto al medio exterior para extraer
de él energía y conseguir nutrientes necesarios para su metabolismo al tiempo que vierte en el medio una serie de materiales resultado de su actividad fisiológica.

Odum (1971) definió un ecosistema como una unidad que incluye la totalidad de los organismos vivos de un territorio determinado, que actúan interrelacionados y con reciprocidad con el medio físico, de modo que una corriente de energía conduce a una estructura trófica, a una diversidad biótica y a ciclos materiales claramente definidos. De esta forma, el medio influye sobre el ser vivo, el ser vivo influye y modifica al medio que le rodea y los seres vivos que comparten un territorio se influyen mutuamente. Dentro de los ecosistemas, se denominan artificiales o forzados a los creados por el hombre con un fin determinado que, suele ser, la producción masiva de determinados bienes.

Los seres humanos actúan sobre la naturaleza de forma decisiva. Las modificaciones que producen son, en ocasiones, deliberadas para favorecer las especies que necesitan mientras que, en otras, los efectos son imprevistos lo que no quiere decir que sean negativos. Generalmente, las acciones humanas están encaminadas a mejorar la calidad
de vida que es el patrón que guía nuestras actividades. En ese concepto de calidad de vida se incluyen valores como: alimentos, educación, cultura y esparcimiento.

Son, aproximadamente, treinta los elementos químicos esenciales para los organismos vivos. Los ciclos biogeoquímicos comprenden la circulación de estos elementos entre el medio inorgánico y la materia orgánica. En algunos ciclos los elementos se encuentran, predominantemente, en forma gaseosa como el oxígeno y el nitrógeno, mientras que en otros ciclos, los elementos se encuentran en fase principalmente sedimentaria como es el caso del fósforo y azufre. El elemento fundamental de la materia orgánica es el carbono. En la naturaleza está presente, principalmente, en los carbonatos de las rocas y en el dioxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Los combustibles fósiles (petróleo, carbón y
gas natural) son, también, depósitos importantes de carbono.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Sistema de gestión de la prevención de accidentes graves

Esta problemática tan diversa obliga a contemplar globalmente todas las circunstancias
ponderando los posibles riesgos en función de la probabilidad de ocurrencia de los mismos,
así como de la magnitud y alcance de las catástrofes de ellos derivados, ya sea a corto, medio y largo plazo lo que conlleva una gran variedad de metodologías para el análisis de los riesgos y de sus consecuencias evaluando las alternativas posibles hasta llegar a un cierto nivel de riesgo que es aceptable lo que, además, obliga a organizar con anticipación las intervenciones de las empresas y autoridades.

Con este panorama, no es de extrañar, por tanto, que los titulares de ciertos establecimientos industriales estén obligados a redactar un documento con los objetivos y principios de actuación generales que definan su política de prevención de accidentes graves así como el sistema de gestión de la seguridad para garantizar su correcta aplicación.

El sistema de gestión debe incluir la estructura organizativa, las responsabilidades, las prácticas, los procedimientos y los recursos de acuerdo con el esquema de la mencionada directiva que se indica a continuación:

- la organización y el personal: las funciones y responsabilidades del personal asociado a
la gestión de los riesgos de accidentes graves en todos los niveles de organización. La identificación de las necesidades den materia de formación, de dicho personal y la organización de dicha formación. La participación del personal y, en su caso, de los subcontratistas;

- la identificación y la evaluación de riesgos de accidentes graves; la adopción y la aplicación de procedimientos para la identificación sistemática de los riesgos de accidentes graves que se puedan producir en caso de funcionamiento normal o anormal, así como la evaluación de su probabilidad y su gravedad;

- el control de explotación; la adopción y la aplicación de procedimientos e instrucciones para el funcionamiento en condiciones seguras, también por lo que respecta al mantenimiento de las instalaciones, a los procedimientos, al equipo y a las paradas temporales;

- la gestión de las modificaciones; la adopción y aplicación de procedimientos para la planificación de las modificaciones que deban efectuarse en las instalaciones o zonas
de almacenamiento existentes o para el diseño de una nueva instalación, procedimiento
o zona de almacenamiento;

- la planificación de las situaciones de emergencia; la adopción y aplicación de procedimientos destinados a identificar las emergencias previsibles merced a un análisis sistemático a elaborar, experimentar y revisar los planes de emergencia para poder hacer frente a tales situaciones de emergencia;

- la vigilancia de los resultados; la adopción y la aplicación de procedimientos encaminados a la evaluación permanente del cumplimiento de los objetivos fijados por
el industrial en el marco de la política de prevención de accidentes graves y del sistema de gestión de la seguridad, y la instauración de mecanismos de investigación y de corrección en caso de incumplimiento. Los procedimientos deberían abarcar el sistema de notificación de accidentes graves o de accidentes evitados por escaso margen, en especial cuando se hayan producido fallos de las medidas de protección, las pesquisas
realizadas al respecto y la actuación consecutiva, inspirándose en las experiencias del pasado

- el control y el análisis; la adopción y aplicación de procedimientos para la evaluación periódica sistemática de la política de prevención de accidentes graves y de la eficacia
y adecuación del sistema de gestión de la seguridad. El análisis documentado por la
dirección de los resultados de la política aplicada del sistema de gestión de la seguridad y de su actualización.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Escenarios de accidentes graves (II)

Los fenómenos térmicos son provocados por la oxidación rápida, no explosiva, de sustancias combustible, produciendo llama, que puede ser estacionaria (incendio de charco, dardo de fuego) o progresiva (llamarada, bola de fuego), pero que en todos los casos disipa la energía de combustión mayoritariamente por radiación e incrementándose
la temperatura de las materias expuestas pudiendo culminar en la combustión o fusión y volatilización de éstas.

Entre los fenómenos químicos peligrosos debidos a fugas o vertidos incontrolados de sustancias que directamente o indirectamente a través de reacciones secundarias inmediatas o diferidas puede provocar efectos del tipo:

- Tóxicos
- Irritantes
- Narcóticos
- Cancerígenos
- Mutagénicos
- Teratogénicos
- Corrosivos
- Bioacumulables


No obstante, para producir estos efectos, las sustancias requieren un medio en donde difundirse, lo que además de hacer que su efecto disminuya con la distancia, requiere que transcurra un tiempo, lo que facilita la toma de medidas de control.

Para las personas, al valorar el daño, hay que tener en cuenta la dosis recibida por inhalación a través de las vías respiratorias lo que implica la integración de la concentración del contaminante y el tiempo de exposición. En este sentido, para el caso de accidentes graves se define el límite inmediatamente para la vida y la salud (IPVS) como la máxima concentración del contaminante en un tiempo de 30 minutos a la que un sujeto pueda estar expuesto sin sufrir síntomas graves ni efectos irreversibles para su salud.

En cuanto al daño producido al medio ambiente entendido como el conjunto de recursos que condicionan y sustentan la vida del hombre: el aire, el agua, el suelo, el clima, las especies de flora y fauna, las materias primas, el habitat y el patrimonio natural y cultura,
se puede producir por:

- Vertido de productos contaminantes en aguas superficiales

- Filtración de productos contaminantes en el terreno y aguas subterráneas

- Emisión de contaminantes a la atmósfera


Aquí, generalmente, la legislación medioambiental vigente impone los límites y las condiciones para evitar que su impacto sobrepase ciertos niveles considerados como tolerables pues los efectos pueden ser diferidos en el tiempo

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Escenarios de accidentes graves

Los tipos de accidentes potenciales en instalaciones industriales que pueden producir la
pérdida del control sobre las sustancias peligrosas y desencadenar fenómenos peligrosos
para personas y bienes son debidos a:

- Fugas
- Vertidos incontrolados
- Explosiones
- Incendios


Estos fenómenos pueden ocurrir aislada, simultánea o secuencialmente. Generalmente, se produce un suceso indicador y otros intermedios entre éste y la aparición de las consecuencias por lo que éstas pueden ser diferentes según sean estos sucesos intermedios. Así, una fuga o vertido incontrolado causada cuando un depósito, batería, etc., pierde su integridad estructural, que permite el escape de la sustancia, puede producir, dependiendo del estado de la misma, un posterior incendio, explosión, intoxicación o contaminación.

Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:

- Si la fuga es de un gas inflamable a alta presión y se produce su ignición se forma un dardo de fuego

- Las explosiones, causadas por un fallo mecánico o una reacción química, liberan energía de manera súbita y violenta elevando la temperatura y desarrollando una presión en los sistemas cerrados o una onda de sobrepresión en los espacios abiertos UVCE (Unconfined Vapor Cloud Explosion)

- Los incendios son reacciones de oxidación de los gases, líquidos y sus vapores, polvos
o aerosoles contenidos o emitidos en el proceso o almacenamiento generando
radiación térmica. Si el incendio es de grandes proporciones (Pool-Fire) la reacción de calor se extiende a otros espacios y puede provocar roturas catastróficas de otros depósitos. Así, si al producirse la rotura del depósito y el líquido del interior se calienta hasta ebullición la explosión es muy violenta y se denomina BLVE (Boiling Liquid Expanding Vapor Explosion)

- Si con la rotura se produce una gran cantidad de vapor de un material inflamable y éste se incendia rápidamente se produce una bola de fuego.

- Si la rotura se provoca en un recipiente con un líquido licuado bajo presión, se produce un estallido con emisión de trozos del depósito en forma de proyectiles



Además, estos accidentes pueden producir fenómenos peligrosos para las personas, el medio ambiente y los bienes del tipo:

- Mecánico
- Térmico
- Químico


El principal efecto mecánico es la onda de presión que consiste en compresiones y expansiones alternativas del aire atmosférico, que se traducen en solicitaciones mecánicas transitorias sobre los elementos inertes o los seres vivos provocando deformaciones, roturas, desplazamientos. etc. Otro efecto mecánico es la emisión de proyectiles.

martes, 9 de diciembre de 2008

El marco jurídico en la U.E.: Dictamen

El Dictamen es un instrumento jurídico de las Instituciones Comunitarias sin fuerza vinculante, a través del cual expresan su parecer y toman posición sobre temas determinados.

Puede ser emitido por diversas instituciones y organismos. En determinados casos los Tratados prevén de forma expresa la exigencia de un Dictamen por ejemplo, como paso previo para adoptar un Reglamento, Directiva o Decisión. En otros casos, los Dictámenes, esencialmente del Parlamento y del Comité Económico y Social, son emitidos por iniciativa propia y comunicados generalmente a la Comisión y al Consejo. También el Comité ha obtenido el derecho de emitir Dictámenes en aquellos casos que lo ha considerado oportuno.

lunes, 8 de diciembre de 2008

El marco jurídico en la U.E.: Decisión

En terminología de la Unión Europea, la "Decisión" es un acto jurídico vinculante en todos sus elementos para los destinatarios designados, que pueden ser un Estado, un particular o una empresa. Tiene fuerza de ley y es ejecutable por los tribunales nacionales. Es pues una medida de ejecución particularizada.

domingo, 7 de diciembre de 2008

El marco jurídico en la U.E.: Directiva

La Directiva es un acto jurídico comunitario por el que se establece una obligación de los destinatarios en cuanto a unos objetivos determinados, dejándose al libre arbitrio de los Estados la elección de la forma y medios destinados a alcanzarlos en un plazo determinado.
La Directiva es un acto público que emana normalmente del Consejo de Ministros, aunque
en ciertos temas también la Comisión tiene capacidad para aprobar Directivas. Lo normal es que la Comisión elabore una "proposición de directivas" necesariamente motivada. En ausencia de proposición, el Consejo puede actuar invitando a la Comisión a presentar las propuestas de directiva que considere oportunas.

Antes de la adopción de una directiva, se consulta al Parlamento Europeo y en algunos casos al Comité Económico y Social. El Acta Unica modificó las modalidades de adopción de las Directivas, empleando el procedimiento de mayoría cualificada.

En el cuadro I se expone como se elabora una Directiva por el procedimiento de cooperación., cuyas fases se relacionan en el cuadro II.

Las directivas pueden ser de dos clases: totales y optativas. Las primeras son aquellas que imponen una serie de condiciones a unos productos y que hay que satisfacer para poder comercializarlos, siendo obligatorio derogar las disposiciones nacionales existentes en su ámbito de aplicación.

Las optativas se limitan a indicar las características que debe cumplir un producto para que
no pueda impedirse su comercialización entre los Estados miembros. Un país miembro puede establecer unas especificaciones o normas técnicas distintas para los productos nacionales, pero no podrá impedir la entrada de un producto de otro Estado miembro si cumple con lo expuesto en la Directiva en cuestión.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Riesgos psicosociales

En cuanto a los factores de riesgo relacionados con la ordenación del trabajo se puede
hablar de riesgos psicosociales. La dificultad de su evaluación estriba en que las posibles alteraciones de la salud suelen ser inespecíficas siendo también muy difícil discernir en qué medida se deben a factores de riesgo laborales y a factores extralaborales. Lo cual no quiere decir que carezcan de importancia o que no se deban tomar medidas preventivas.
Es más, estos problemas que surgen de la organización del trabajo, pueden ser determinantes en la productividad y en la calidad final del producto o servicio que se ofrece, por lo que la adopción de medidas para su detección y de las soluciones idóneas debe ser prioritario en la gestión de la empresa.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Riesgos ambientales

Existe otra clase de riesgos además de los de accidente. Se suelen denominar riesgos
ambientales o riesgos de sufrir una alteración de la salud (enfermedad o patología). Pueden ser desencadenados por uno o varios factores de riesgo ambientales, (agentes químicos o físicos, por ejemplo) o de organización del trabajo.

En el caso de los factores de riesgo ambientales, la probabilidad de que se produzca el daño viene representada por la dosis del agente contaminante recibida por el organismo. Esta dosis puede medirse como energía recibida por unidad de tiempo, si se trata de un agente físico, o como cantidad de sustancia que penetra en el organismo por unidad de tiempo, si se trata de un agente químico.

Si se trata de agentes físicos hay que considerar el área, zona u órgano del cuerpo afectado o que pueda verse afectado por la exposición a según qué tipo de agente y tener
en cuenta además determinadas características propias del mismo de agente. Así por ejemplo, para una radiación ionizante es muy diferente si se expone el ojo o una parte de la piel, o todo el cuerpo, o si se trata de una sustancia emisora que ha penetrado en el interior del organismo.

En la exposición a agentes químicos hay que considerar las vías de penetración en el organismo. Con ocasión del trabajo, la vía más común es la respiratoria, aunque existen muchos casos en los que el agente se absorbe, además, a través de la piel. Cualquier otra vía, oral, parenteral, resulta altamente improbable con relación al trabajo.

La severidad del daño que puede producirse por exposición a los agentes químicos ambientales, se suele determinar mediante el porcentaje de casos que se presentan para una dosis determinada y se denomina respuesta. La relación entre ambos parámetros se denomina relación dosis-respuesta y es de difícil obtención. En la práctica común para evaluar un riesgo ambiental se mide el nivel promediado en el tiempo de la presencia del contaminante en el puesto de trabajo (intensidad o concentración media, según se trate de
un agente físico o químico) y se compara con los valores límite (intensidades o concentraciones promediadas) de referencia. Para ciertos agentes físicos, como el ruido o las radiaciones ionizantes es relativamente sencillo medir la dosis recibida, por lo que los valores límite se suelen dar en términos de dosis.

Llegados a este punto, en relación con los riesgos ambientales, es decir, debidos a agentes ambientales, conviene distinguir dos clases de efectos: los inmediatos y los diferidos en el tiempo.

Con la denominación efectos inmediatos, se quiere expresar que el daño se produce nada más se desencadena el suceso que lo causa, pudiendo evolucionar a partir de esta acción
de una manera continuada tanto a un agravamiento como a una mejoría. Este es el caso, por ejemplo, de un accidente de caída de altura con resultado de lesiones. Pero también la exposición a un ruido de impacto (un disparo) con resultado de perforación del tímpano, o
la salpicadura de un líquido corrosivo sobre la piel con resultado de una quemadura química (destrucción de los tejidos). A esta posibilidad se refieren los riesgos de accidente,
mencionados en el epígrafe anterior, pudiendo intervenir también los agentes físicos y químicos mencionados en éste, cuando actúan produciendo efectos de carácter inmediato, como los de los ejemplos, efectos éstos denominados efectos agudos.

Sin embargo, los daños o efectos a los que se refieren los riesgos ambientales son diferidos en el tiempo. Es decir, que la exposición continuada o repetida a unos determinados niveles o dosis de uno o más agentes ambientales, supone la posibilidad de sufrir al cabo de un cierto tiempo una alteración de la salud. En este sentido, una pérdida de la capacidad auditiva por exposición a altos niveles de ruido durante un prolongado espacio de tiempo o un cáncer por haber estado expuesto a un agente cancerígeno años atrás (mesotelioma y exposición por vía respiratoria a fibras de amianto, hasta treinta años o más). Tales efectos, que pueden manifestarse tiempo después, meses y hasta muchos años, se denominan efectos crónicos y son característicos de los riesgos ambientales. Aunque no exclusivos de ellos, puesto que existen patologías debidas a otras causas como las malas posturas o los movimientos no adecuados y repetidos, (métodos y organización de la tarea inadecuados, mal diseño y adaptación defectuosa del puesto de trabajo a la persona) que pueden dar lugar con el tiempo a patologías en músculos y huesos.

Caso aparte, aún más complicado por su especial índole, son los riesgos ambientales en los que están implicados agentes biológicos. En general, tanto estos últimos como los demás riesgos ambientales, por la dificultad de advertir sus efectos y relacionarlos con sus causas, que incluso pueden haber desaparecido cuando se ponen de manifiesto los primeros signos que los delatan, por la complejidad y gran diversidad de tales riesgos así como por las técnicas de identificación y evaluación, necesitan de una reglamentación técnica y metodología específica, y de profesionales especializados para su tratamiento.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Riesgos de accidente

Comúnmente se habla de riesgo de accidente, por ejemplo, de caída de altura, de
atrapamiento, de explosión, etc., que puede ser desencadenado por la existencia de uno o,
en general, varios factores de riesgo. De la probabilidad de que se produzca el accidente,
en este caso, y los daños que pueden derivarse como consecuencia de que ocurra, se evalúa el riesgo, pudiendo calificarlo desde el punto de vista de su gravedad.

Hay que tener en cuenta de que se conjugan dos variables de probabilidad. Una es la probabilidad de que se produzca el accidente, y otra la probabilidad de que ocurrido el accidente éste dé lugar a mayores o menores daños.

Habrá, por ejemplo, una probabilidad de desprendimiento de objetos desde una cierta altura y una probabilidad de que lleguen a producir lesiones graves. Tanto una posibilidad remota de que se desprenda un objeto, aunque sea pesado y desde una altura apreciable, aunque si llegara a producirse sería muy probable que ocasionara graves lesiones, como la muy probable caída de un pequeño objeto elástico desde una baja altura que sería improbable que produjera lesión alguna, podrían, ambos riesgos, calificarse como leves o irrelevantes.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Normas (II)

Más adelante, cuando aparece el concepto de aseguramiento de la calidad, surge la necesidad de normalizar también el sistema de calidad interno, de forma que sea también comprobable externamente. Aparecen así las normas ISO 9000 ( a partir de la Guía ISO
25), que contienen requisitos auditables y contratables. De esta manera, un cliente puede exigir la estructura de funcionamiento y la sistemática de la empresas sea reconocible respecto a alguno de estos modelos. Aquí la normalización actúa como en el caso de productos, pero en la estructura general de la empresa, no sólo en el producto particular
en cuestión.
FAMILIA DE NORMAS ISO 9000

• NORMAS CONTRACTUALES


• NORMAS NO CONTRACTUALES


martes, 2 de diciembre de 2008

Normas (I)

Paralelamente a la evolución de los conceptos de calidad señalada, y como soporte
imprescindible de la misma, han ido apareciendo distintas normativas.

Tal como se comentó, ya en las épocas más rudimentarias, era necesaria la existencia de algún documento aceptado por las partes, que recogiera las especificaciones acordadas. De esta forma, era clara lo que se podía comprobar a posteriori.

Estos documentos de requisitos, cuando son públicos y aceptados generalmente, son las normas.

Así pues, las normas empezaron por ser de producto, y surgieron los primeros organismos de normalización, tales como el CEN, etc.

Principales Organismos de Normalización
– AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación)
– CEN (Comité Europeo de Normalización)
– CENELEC (El Comité Europeo de Normalización Electrónica)
– ETSI (El Instituto Europeo de Normas de Telecomunicación)
– ISO (Organización Internacional de Normalización)
– CEI (Comisión Electrotécnica Internacional)

En el caso español, AENOR es el organismo de normalización, cuya breve descripción se
incluye a continuación.



lunes, 1 de diciembre de 2008

Control de calidad, aseguramiento de la calidad y calidad total (V)

Aquí es donde se habla ya de calidad total, como gestión total de la calidad, entendida la empresa como un todo, no sólo la parte propiamente productiva o de generación, sino también la atención al cliente, el servicio posventa, etc. sin olvidar los otros componentes
de la empresa, fundamentales para su supervivencia: el personal. Un personal al que tradicionalmente se había ignorado y al que se escucha cada vez con mayor interés, si no
¿ sabe algo de apretar tuercas aquél que lo lleva haciendo veinte años?. Evidentemente,
sí. Probablemente tenga una visión parcial, limitada del producto, pero no cabe duda que en su tarea tiene una experiencia que las empresas no pueden permitirse despreciar.
Potenciar la participación del personal en la vida de las empresas constituye un auténtico
reto, no siempre bien resuelto y que, sin embargo, es evidente que supone un potencial de conocimiento y mejora incuestionable.

La palabra clave aquí es también la mejora. En estos mercados y entornos cambiantes, cada vez más duros, en los que la competencia juega fuerte, en los que hay que adaptarse a nuevos retos, como fue en España la integración en la UE, con lo que supuso
de adaptación al cumplimiento de normas europeas, la competencia con las empresas de prestigio y tradición del resto de Europa, etc. En todo este marco, es necesario echar mano de todos los recursos disponibles, y los propios internos son realmente un filón muchas veces inexplotado.

Al panorama anterior, hay que añadir además, que a partir de 1990 se deja sentir ya el impacto en la Sociedad de la problemática medioambiental. Este es un aspecto de importancia creciente debido también a la concienciación del público en general sobre el respeto al entorno. Surgen conceptos tales como el desarrollo sostenible, etc.

Como se observa, la calidad deja de ser tarea de un pequeño grupo de inspectores que hacen una tarea “policial” de la Calidad, detectando fallos, una vez terminados los productos en cuestión, a ser una misión directiva de planificación, análisis y mejora continua, con objetivos claros de eficiencia y cumplimiento de requisitos, en la que está involucrado todo el personal de la empresa.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Evaluación de riesgos en la Seguridad Laboral. Medidas de protección (IV)

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales no sólo requiere de su desarrollo reglamentario, ya aludido, sino asimismo de la asistencia de una serie de entidades y herramientas operativas que permitan la mejor gestión de la seguridad. Algunas de esas entidades son de tipo general, y merece citarse las siguientes:

- Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo
- Fondo de prevención y rehabilitación, que se nutre de los excesos o superavits de las Mutuas de accidentes
- Inspección de trabajo y seguridad social
- Instituto Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo
- Fundación para la promoción de la seguridad y salud laboral
- Organismos de normalización y de infraestructura industrial, que coadyuven a la mejora de la seguridad mediante acciones genéricas.
- Entidades auditoras, de inspección y de control y similares, que contribuyan a la puesta en práctica de las políticas genéricas de seguridad.


Por otro lado, en el ámbito de cada empresa o conjunto de empresas similares, se tienen que contemplar una serie de herramientas o instrumentos de gestión de la seguridad como son:

- Mecanismos de evaluación de riesgos, por auditorías externas o internas
- Programa de formación de trabajadores en temas de seguridad
- Establecimiento de manuales de seguridad e higiene específicos de las instalaciones de la empresa
- Planes y manuales de emergencia y de respuesta ante accidentes
- Gerencia empresarial de riesgos


El conjunto de todas las prácticas que deben implantarse en el seno de la empresa y la vertebración de estas prácticas con los procedimientos operativos ordinarios, debe recogerse en un manual de seguridad que incluya todos los procedimientos identificados al efecto para mejorar la seguridad, incluyendo la identificación de medidas específicas a implantar en aquellos puntos que necesitan corrección, más la revisión de ésto cuando se haya producido la corrección en cuestión. También se tienen que contemplar las actividades de formación y entrenamiento pertinentes.

En ello pueden ser extremadamente útiles los Manuales de prevención de salud laboral, que diversas Mutuas de accidentes publican y mantienen actualizados con objeto de ayudar a sus mutualistas a cubrir los objetivos de los servicios de prevención.

Estos manuales deben ser confrontados en su utilidad práctica mediante auditorías en las que se revisen los procedimientos y las actuaciones en evaluación de riesgos, todo
lo cual debe quedar documentalmente archivado para sus revisiones pertinentes. Esto incluye la verificación de que las especificaciones técnicas de control y vigilancia de las variables físicas y químicas se producen de tal manera que puedan declararse situaciones de emergencia cuando sea pertinente. Como colofón de ésto se necesita la elaboración de Planes de emergencia para actuar en respuesta a accidentes de la diversa tipología que se haya identificado en las auditorías.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Evaluación de riesgos en la Seguridad Laboral. Medidas de protección (II)

La metodología en este campo se basa lógicamente en la evaluación de los riesgos del puesto de trabajo. Para ello se dispone de varios procedimientos escritos (check lists) de Seguridad Ocupacional, con los que se identifican las fuentes de peligro y la intensidad de éstos. También podría considerarse en estos casos el análisis probabilístico, pero la mayor parte de los organismos competentes no admiten ese planteamiento. Es decir, se considera que la seguridad absoluta es inalcanzable, y que por tanto puede ocurrir un accidente, pero no se admite que éste tenga como causa un peligro bien identificado; pues si se identifica, hay que disponer los medios de protección ad hoc para que desaparezca como tal peligro. En otras palabras, en Seguridad Ocupacional no se suele aceptar el concepto de daño cierto, aunque sea improbable. Se entiende que la tecnología tiene elementos suficientes para evitar ese tipo de daños, aunque nunca pueda garantizarse del todo que las máquinas fallen, o que el elemento humano no se equivoque y dé lugar a un accidente. En este campo juega un papel fundamental el concepto de límite máximo de una variable, bien física (temperatura, ruido, radiación,...) bien química (concentraciones de diversos productos).

Las prácticas de Seguridad Laboral se orientan a asegurar que estos límites no se rebasen en ninguna situación concebible y lógica.

Como a menudo la actividad industrial puede exigir que en inmediata vecindad al trabajador sí se den valores por encima del límite permitido, hay que adecuar los adecuados Medios de Protección que han de ser suficientemente eficaces para asegurar que los límites no se transgreden por lo que a la biología del trabajador corresponde. Tal es el caso de las viseras o gafas de atenuación de la radiación electromagnética, tanto en luz visible, como infrarroja cercana (que también se deposita
en la retina) como ultravioleta (que deteriora poderosamente el cristalino). En el campo químico son ejemplos notorios las mascarillas, para evitar la inspiración de agentes nocivos; y en el campo térmico, los aislamientos y calorifugados.

En este apartado hay que señalar la existencia de la legislación correspondiente, en cuyo ápice se encuentra le Ley de Prevención de Riesgos Laborales, de la que deriva el Real Decreto de los Servicios de Prevención. El objeto de esta articulación legal es promover la seguridad y la salud de los trabajadores mediante aplicación de medidas y desarrollo de actividades encaminadas a tal fín.

La Ley está articulada en siete títulos más las disposiciones adicionales y especiales. En el primero de los títulos se especifican el objeto y el ámbito de aplicación de la Ley, y
se definen los términos aplicados en su desarrollo. En el segundo título se establecen los principios para implantar una política en materia de prevención de riesgos que protejan la seguridad y salud de los trabajadores. Los derechos y las obligaciones de todos los agentes involucrados en este tema se contemplan en el título 3.

El título 4º es el de mayor contenido técnico de la Ley, pues trata de los servicios de prevención, aunque posteriormente ésto haya tenido su desarrollo reglamentario. En este título se establecen los principios fundamentales que han de regir los estudios de seguridad para poner en marcha servicios que prevengan accidentes y siniestralidad en general

En el título 5º se establece la necesidad de consulta y participación de los trabajadores, como sujetos a la vez pasivos y activos en esta temática, puesto que ellos son quiénes más directamente sufren los efectos de la inseguridad, y por tanto son los agentes a proteger, y de su disposición y buena práctica depende en gran medida el resultado de seguridad.

El título 6º trata de las obligaciones de los fabricantes, importadores y suministradores,
en relación con los equipos o productos industriales que puedan estar involucrados en
la cuestión de seguridad.

El título 7º define el marco de responsabilidades y sanciones, recayendo las primeras grandemente en el empresario, al que se le obliga a poner en marcha todos los mecanismos necesarios para que haya unos servicios de prevención eficientes.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Evaluación de riesgos en la Seguridad Laboral. Medidas de protección (I)

La Seguridad Laboral se extiende a múltiples campos, no todos calificables de industriales, pues sectores tales como el transporte y la construcción presentan especificidades muy definidas y no se rigen propiamente por normativa de tipo industrial. Estos sectores presentan una tasa de siniestralidad muy elevada, y son la principal causa de la mortalidad laboral, así como del perjuicio económico asociado a los accidentes, que se eleva a más de dos billones de pesetas anuales.

En el cuadro adjunto se presentan las estadísticas referentes al global de la Seguridad Laboral (según fuentes sindicales)


De las estadísticas anteriores podría decirse que la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales (Ley 31/1995 y su R.D. 39/1997) no ha sido un éxito, pues en los años que lleva desde su promulgación la siniestralidad no ha hecho sino aumentar, y muy significativamente, con especial énfasis en los accidentes in itínere. Aún así, las muertes atribuibles a estos no son el 10% de los accidentes mortales en el transporte
en general. En todo caso, por lo que corresponde a la accidentalidad con baja (de atención sanitaria) ésta también ha aumentado espectacularmente, y ello sí está asociado directamente con la seguridad ocupacional en general.

España tiene en ésto, uno de los índices más pobres de la Unión Europea y la mortalidad laboral total es de 10-4 / año, lo que significa 100 muertos al año por cada millón de trabajadores, lo cual es prácticamente el doble de la tasa media de la Unión Europea.

Parecen existir varias causas estructurales en ello, incluyendo la fuerte participación de empresas subcontratadas y trabajadores eventuales en algunos sectores, sobre todo el de la construcción. De hecho, en España la siniestralidad media entre los trabajadores eventuales es prácticamente el doble de la de los fijos, lo cual está curiosamente en correlación con la estadística europea, donde el porcentaje de trabajadores eventuales es muy bajo (aproximadamente la mitad del valor español).

Si nos ceñimos a la industria, los índices de siniestralidad que encontramos en el año 2000 son aproximadamente estos:

Indice de frecuencia: 42 accidentes con baja por millón de horas trabajadas

Indice de gravedad: 2,6 jornadas perdidas por accidentes ( 18 horas) por cada mil horas trabajadas Indice de incidencia: 39 trabajadores accidentados por cada mil empleados.

Hay que señalar que la coherencia de las cifras anteriores no es plena, por la dificultad de la recopilación sistemática y uniforme de datos. Por ejemplo, teniendo en cuenta que a cada trabajador se le puede asociar unas 1700 horas de trabajo anual, el índice de incidencia podría rescribirse como 39 accidentados por 1,7 millones de horas trabajadas, que equivale a 23 trabajadores accidentados por millón de horas.

Sin embargo, el número de accidentes con baja es casi el doble (42) lo cual significa que no hay un criterio uniforme al computar la accidentología (Los datos anteriores corresponden a los dados por una muestra bastante rigurosa del sector industrial, dada en “Gerencia de riesgos y seguros”, nº 72, 4º trimestre del 2000).

jueves, 27 de noviembre de 2008

Metodología Operativa (II)

En la escala anterior, la profesionalización o especialización del ámbito va incrementándose; de tal forma que se parte de riesgos asociados al uso generalizado
de un sistema o producto, por parte de la población en general, y se llega al ámbito donde sólo los profesionales están afectados por los posibles daños. En función del nivel de especialización, cabe aplicar técnicas de formación y entrenamiento que reduzcan considerablemente el riesgo. Esto es factible en los ámbitos profesionalizados, y lógicamente no lo es en los ámbitos de uso común, donde la ingeniería de seguridad tiene que descansar fundamentalmente en la concepción y diseño de los aparatos o servicios.

También cabe tener en cuenta los diferentes daños producidos según su modalidad o etiología, en lo cual se distinguen fundamentalmente cuatro apartados:

- Agentes químicos tóxicos o insalubres, que pueden producir daños por inhalación, ingestión, asfixia o causticidad.

- Agentes explosivos o combustibles, en los cuales se ha de tener en cuenta el peligro de explosiones (deflagraciones si son subsónicas; detonaciones si son supersónicas). La problemática de estos agentes está relacionada con la concentración de los mismos que pueda darse en diversos locales, y con sus fugas
y vertidos.

- Agentes físicos, que a su vez son de distinta naturaleza, como pueden ser:

• Electricidad
• Energía cinética (máquinas)
• Energía cinética (caídas)
• Sobrepresiones
• Temperatura
• Criogenia
• Vibraciones, sonidos y ultrasonidos
• Radiación no ionizante (laceres)
• Radiación ionizante


- Agentes biológicos, que pueden ser particularmente importantes en la industria farmacéutica y en la incipiente ingeniería genética. Con características más extendidas hay que tener en cuenta la existencia de microorganismos dañinos para
el cuerpo humano que pueden permanecer o reproducirse en ámbitos industriales
(por ejemplo legionela), así como la existencia de sustancias o microorganismos alérgenos.

Por último, hay que mencionar la organización y ergonomía de la seguridad, en la cual se han de distinguir los siguientes aspectos:

- La integración de la seguridad industrial en la empresa
- El sistema de evaluación de riesgos
- Los servicios de prevención
- La planificación de la seguridad y de la reacción ante accidentes
- La formación y entrenamiento en seguridad
- El entorno ergonómico del puesto de trabajo
- El error humano:

• En el diseño o concepción
• En la ejecución


En definitiva, la metodología operativa es muy específica del tipo de seguridad industrial que se trate, y por ende se ha de tratar en secciones independientes, desarrolladas a continuación.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Metodología Operativa (I)

Para convertir los análisis de riesgos y demás estudios de seguridad en algo útil, hace falta, como suele decirse en castellano, pasar de las musas al teatro; ésto es, materializar en inversiones, en equipos, en formación, en organización,etc., todo lo identificado en la metodología analítica.

Para ello hace falta poner en práctica la metodología operativa de la seguridad industrial, basada en gran medida en una involucración de todos los elementos humanos que intervienen en las actividades y los procesos tratados, de tal manera que conozcan responsablemente sus cometidos de seguridad. Como en muchos casos dichos elementos humanos no tienen por qué poseer los conocimientos físicos y químicos para entender las bases de la normativa de seguridad, es imprescindible que funcione eficientemente la formación en materia de seguridad, y se provean de métodos operativos para que la normativa aplicable y los principios generales de seguridad industrial puedan ser asimilados a todos los niveles.

Dentro de esta metodología es imprescindible la disposición de mecanismos de control
y correctores de los procesos que conlleven riesgo. En lo posible, los mecanismos de control deben llevar disposiciones precautorias que indiquen con antelación suficiente la aparición de una circunstancia de alto riesgo. La metodología operativa es susceptible
de presentar lagunas de dificil detección, pues así como la metodología analítica se
basa en supuestos bien definidos a los cuales se les dedica tanto tiempo de estudio como sea necesario, sin embargo la metodología operativa reviste un nivel de incertidumbre en su aplicación que no siempre puede reducirse con las convenientes actuaciones previsoras y con la mentalización y formación de los elementos humanos involucrados. De ahí que en este ámbito sea especialmente importante la técnica de ingeniería denominada de calidad total, que aspira a la involucración en la obtención de calidad, y en este caso de seguridad, de todos los elementos intervinientes, al mismo tiempo que existe una mentalización, una formación y una capacitación a todos los niveles suficientemente rigurosa como para proceder a la temprana detección de defectos y a la implantación sistemática de un proceso que conduzca en breve plazo a
la eliminación de los defectos.

Todo lo anterior, tanto la metodología analítica como la operativa, confluye en el término cultura de seguridad, por la cual se entiende que las responsabilidades en materia de seguridad se extienden entre todos los factores intervinientes, se comprenden, y se está en disposición de afrontarlas con suficientes garantias.

Como suele decirse, la fortaleza de la cadena es la fortaleza de su eslabón más débil, y
en materia de seguridad, el rigor o la calidad de la seguridad la proporciona la calidad de su elemento menos seguro.

Lo anteriormente dicho hace referencia a la seguridad industrial de sistemas de producción o de servicio, y no de manera tan directa a la seguridad asociada al uso de productos comerciales.

En primer lugar hay que tener en cuenta que los productos de libre mercado están sometidos a una reglamentación específica en el ámbito de la Unión Europea, pues dichos productos pueden ser transportados de unos países a otros sin limitaciones arancelarias, aunque sin embargo si actúan sobre ellos limitaciones de seguridad.

El enfoque con que se tratan los temas de seguridad referidos al producto requiere una metodología operativa peculiar, pues en punto alguno se puede prever que los usuarios
de dichos productos dispongan de un nivel de información científica o tecnológica elevado. La Administración impone unas restricciones para la comercialización de los productos potencialmente peligrosos, y se establecen unos requisitos de homologaciones para su comercialización en el caso de productos que aún se regulen por el llamado Antiguo Enfoque, o impone unos requisitos esenciales de seguridad que los fabricantes o importadores de los productos deben declarar que cumplen, en el caso
de los productos incluidos en el Nuevo Enfoque.

Como cuestión orientativa de la metodología a aplicar en los estudios de seguridad industrial cabe clasificar o atender los daños y riesgos industriales en función de diversos criterios. En principio, los daños y riesgos pueden ser asociados a diferentes ámbitos, concretamente:

- instalaciones civiles y generales
- productos de uso común
- servicios industriales
- instalaciones industriales
- productos industriales especializados

martes, 25 de noviembre de 2008

Consideraciones finales

La búsqueda de seguridad es una lógica aspiración humana, pero un planteamiento
extralimitado que exigiera la seguridad absoluta provocaría la parálisis de la sociedad, pues ni a los transportes, ni a la electricidad, ni a los productos químicos se les puede exigir un riesgo cero.

Ahora bien, la holgura de inseguridad que cabe permitir debe ser muy pequeña, y en verdad así es, tomando como referencia los riesgos derivados de las afecciones y alteraciones biológicas y los derivados de catástrofes y accidentes naturales.

Esa preocupación por limitar los efectos dañinos de las aplicaciones industriales ha llevado a fijar una serie de criterios de protección, convertidos a leyes, decretos, etcétera según la estructuración del ordenamiento jurídico.

La protección en cuestión cabe estructurarla o considerarla a tres niveles:

• la seguridad laboral, para proteger a las personas profesionalmente expuestas a diversos riesgos, que en España tiene como vértice legislativo la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
• la seguridad individual del público asociada a la comercialización de productos y servicios industriales, y que en el ámbito del Mercado Interior de la U.E. se implanta gracias a las Directivas comunitarias, al marcado CE y a las campañas de Control de Productos Industriales
• la seguridad colectiva de la población (incluyendo el medio ambiente) para prevenir
los daños causados por Accidentes Mayores. En esto último también existen Directivas
comunitarias, particularmente las denominadas Seveso I y II. Estas directivas no están enfocadas a la parte técnica, propiamente dicha, de los procesos e instalaciones industriales, pues éstos ofrecen una casuística variadísima, y además reciben tratamiento distinto en los diversos países (entre los cuales no hay todavía suficiente armonización en las metodologías de la seguridad industrial propiamente dicha). Las Directivas comunitarias hacen referencia a los mecanismos esenciales de protección de
la población ante Accidentes Mayores (con emisión significativa de materias peligrosas, generalmente de alta volatilidad). Se pone mucho énfasis en los requisitos previos a la ubicación de instalaciones con alto riesgo potencial, a la información al público y a los Planes de Emergencia.

Podría hablarse por tanto de tres pirámides normativas en el tema de la seguridad industrial vista desde el lado de la protección de las personas (y animales, bienes y medio ambiente) según los tres apartados precedentes, que quedan bien delimitados.

La articulación legal de la Seguridad Industrial es el pináculo de la pirámide normativa, y
es además la referencia inexcusable en cuanto a potestad sancionadora y, más aún, tratamiento penal de algunas transgresiones. Desde ese punto de vista parece sin duda
la parcela más importante de la Seguridad Industrial, pero esta importancia hay que entenderla en sus justos términos, y no puede hacer olvidar la raíz técnica y humana de
la seguridad industrial.

En esta Memoria se ha pretendido presentar una breve exposición del amplio tema de la Seguridad Industrial, poniendo énfasis en su doble vertiente (de cara a los orígenes de los riesgos, por un lado; de cara a los efectos producidos en las personas y los bienes, por otro) así como en su nivel de actuación: seguridad ocupacional; seguridad del usuario; y seguridad colectiva, todo ello en relación a actividades industriales.
Que éste es un sector en evolución lo demuestra que muchas Directivas de la UE han sido promulgadas durante esta década, y varias otras están en consideración. En algunos sectores (Baja Tensión, Compatibilidad Electromagnética, Aparatos a Presión, etc) se ha producido una armonización europea muy eficiente, pero en otros campos de
la Seguridad Industrial podría hacerse mucho más, y no sólo por mor de armonización, sino para mejorar el nivel general de las actividades, productos y servicios industriales.

Cierto es que en este tema está siempre presente el binomio coste-beneficio, cuyo análisis no siempre es riguroso, aunque con ello no quiera decirse que hay un sesgo intencionado, sino que resulta difícil equilibrar la balanza sobre qué está justificado exigir
en materia de seguridad industrial. Por ejemplo, y hablando de productos con usuarios generales, durante mucho tiempo se permitió la instalación de ascensores sin puertas de camerino, con la condición de que dispusieran de un pulsador de parada para detener
de inmediato el movimiento del ascensor. La experiencia demostró reiteradamente que dicho pulsador era raramente accionado en caso de atrapamientos de miembros (sobre todo, brazos) o lo era tardiamente, con una secuela lamentable de lo que sin duda hay que calificar como accidentes industriales.

El análisis coste-beneficio no es sólo una técnica aplicable a grandes instalaciones
(centrales nucleares, petroquímicas,…) sino que también puede aplicarse de un modo genérico a los productos industriales. Por ejemplo, la incorporación de detectores de gas
a las instalaciones domésticas es algo totalmente inusual (por el momento) pues en principio el precio de los detectores era prohibitivo. Hoy día no lo es, y cabría cuestionarse (a nivel europeo, para no distorsionar los mercados) la pertinencia de instalar estos detectores, unidos a un accionador de corte de suministro (y a una alarma sónica, que es la función que mas comúnmente llevan estos detectores).

Esto es simplemente un ejemplo del amplio mundo de la Seguridad Industrial, donde las iniciativas no deben decaer. Los técnicos estamos especialmente obligados a proponerlas , pues el desarrollo tecnológico ha sido sin duda el mayor motor de investigaciones e innovaciones sobre la seguridad.

La metodología de la Seguridad Industrial, tanto genérica como sectorial o específica, es aún un campo de trabajo donde queda mucho por hacer. Esto es tarea de todos, pero especialmente de los ingenieros vinculados con la industria en sus diferentes facetas, sin cuyo compromiso de trabajo será difícil mejorar en Seguridad.

Cabe recurrir a un símil para explicar el tema de las importancias relativas en seguridad,
y ese símil lo proporciona el tráfico de vehículos. Cierto es que para ordenar el tráfico es imprescindible un buen Código de Circulación, y que éste debe llevar aparejadas las correspondientes sanciones a los infractores. Pero la seguridad que realmente exista no
va a depender tanto de la bondad del Código como de la capacitación, destreza y concentración de los conductores; de la calidad y prestaciones técnicas de los vehículos;
y del buen diseño y estado de las carreteras. Es cierto que los agentes de tráfico contribuyen, con su tarea inspectora, a mejorar éste; pero la seguridad real será sobre todo función de los elementos activos que intervienen en el proceso: conductores, vehículos, vías.

La similitud entre la seguridad en la automoción y la seguridad industrial se observa mejor con la ayuda de las figuras 7 y 8. En la primera se tiene una representación de la estructura e interrelaciones que pueden identificarse en la seguridad en la automoción.

Paralelamente se representa en la figura 8 la articulación con la que cabe estudiar la
Seguridad Industrial. Si aquélla se centraba en el vehículo en marcha, ésta se centra en



I.33

el servicio, proceso o producto industrial, en el cual también juega un papel importante, como en la automoción, el factor humano.

En ambos casos se aprecia un bloque administrativo legal (código de circulación por un lado; leyes y R.D. de Seguridad Industrial por otro) y unos mecanismos de inspección y control, no siempre de tipo gubernativo (p.e. las ITV) aunque sí bajo supervisión final de
la Autoridad. En el terreno de la S.I. situaríamos aquí las múltiples entidades que configuran la infraestructura industrial, para acreditación (ENAC) normalización
(AENOR) y entidades de control reglamentario (asociadas en ASORCO).

La buena marcha de la seguridad, tanto viaria o de automoción como industrial, requiere una atención eficaz a todo el entramado correspondiente Y con el paralelismo evidenciado entre ambos ámbitos, se subraya mejor la importancia de estos temas, de los que dependen en definitiva un buen número de vidas humanas

jueves, 13 de noviembre de 2008

los accidentes graves (III)

Sin embargo, no se incluyen en este planteamiento de accidentes graves los derivados de ciertos establecimientos que presentan unas características singulares y que disponen de sus propias reglamentaciones.

Estos son:

- Establecimientos militares
- Instalaciones nucleares y radiactivas
- Actividades extractivas y mineras
- Vertederos de residuos
- Transporte de sustancias peligrosas en vehículos móviles o canalizaciones

martes, 11 de noviembre de 2008

Alcance de los accidentes graves (II)

De acuerdo con la mencionada directiva 96/82/CE, en los anexos 1 y 2 se indican estas sustancias y las cantidades máximas que estén presentes, o puedan estarlo, en un momento dado, para cada establecimiento. En cada uno de estos anexos se dan los dos niveles de actuación del industrial:

- Notificación
- Informe de seguridad


El anexo 1 incluye las sustancias específicamente clasificadas como peligrosas mientras que el anexo 2 se refiere a cualquier sustancia y preparados no indicado en el anexo 1 pero que cumplen alguno de los criterios de peligrosidad indicados en el anexo.

Además, para el cálculo de la cantidad total presente hay que tener en cuenta:

- Las mezclas y preparados se tratarán del mismo modo que las sustancias puras siempre que se ajusten a los límites de concentración establecidos con arreglo a sus propiedades según las directivas correspondientes

- No se considerarán las sustancias peligrosas existentes en un establecimiento únicamente en una cantidad igual o inferior al 2% de la cantidad umbral, si su situación dentro del establecimiento es tal que no puede llegar a provocar un accidente grave en ningún otro lugar del establecimiento


- La adición de sustancias peligrosas, en ciertos casos, para determinar la cantidad existente en un establecimiento supera el umbral peligroso se calcula por la fórmula:


qi la cantidad de sustancia peligrosa i presente
Qi la cantidad umbral de la sustancia i

Esta notificación e informe de seguridad permiten a la autoridad competente inventariar las sustancias peligrosas en los establecimientos incluidos en su ámbito de competencia y determinar el nivel de afección de los mismos, con lo que se puede elaborar el catálogo de industrias que pueden ocasionar situaciones de emergencia.

Cuidado especial hay que tener en aquellos casos de establecimientos industriales próximos entre sí en los que ninguno de ellos supera las cantidades establecidas en los anexos pero sí la suma de las cantidades contenidas en cada uno de ellos.

Además, la declaración obligatoria, correspondiente a los dos niveles de actuación, debe presentarse periódicamente al objeto de actualizar la información incorporando los nuevos conocimientos y los avances técnicos en materia de prevención de accidentes graves.

domingo, 9 de noviembre de 2008

El marco jurídico en la U.E.

Para el desarrollo de la política comunitaria, la Unión Europea se auxilia de los siguientes
actos jurídicos con valor legal en todo el territorio de la Unión Europea, según sus destinatarios.

Reglamento
El Reglamento es un acto jurídico de carácter general, obligatorio en todos sus elementos y directamente aplicable en el Ordenamiento Jurídico interno de cada uno de los Estados miembros sin precisar, para ello, de la intervención de ningún órgano nacional.

Confiere derechos y obligaciones a los particulares, que éstos pueden invocar directamente ante sus respectivos Tribunales Nacionales.

Son aplicables, por regla general, veinte días después de su publicación en el Diario Oficial
de las Comunidades Europeas (DOCE), a menos que se fije expresamente otra fecha de entrada.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Planteamiento (IV)

Todo ello constituye la base de la nueva política comunitaria de la seguridad y la calidad, cuya filosofía es que una empresa o un producto no pude ser discriminado en su actividad de distribución y comercialización en el ámbito territorial de la Comunidad Europea, siempre que el producto, proceso o servicio cumpla todos los requisitos especificados por una disposición técnica que le sea aplicable.

El Nuevo Enfoque no se aplica sin embargo simultáneamente a todos los sectores. Existen sectores tan significativos como el automóvil, donde se mantiene la filosofía del antiguo enfoque, con una mayor implicación para las Administraciones, tanto en la elaboración de los reglamentos como en la vigilancia y control del cumplimiento reglamentario.

Este esfuerzo legislativo, y de adecuación por parte de los Estados miembros a las exigencias del mercado interior, ha de estar seguido por una constante vigilancia en cuanto
a su plena implantación y eficaz funcionamiento. En este sentido y en base al informe Southterland, el Consejo aprobó, en diciembre de 1.994, el Programa Estratégico para el seguimiento del Mercado Interior, cuyo objeto es analizar periodicamente el nivel de implantación de los imperativos legales que derivan de este mercado.

La implantación de este Mercado Interior, ha originado una serie de disposiciones y efectos jurídicos en campos tales como:
- Aparatos a presión simples
- Seguridad de los juguetes
- Productos de construcción
- Compatibilidad electromagnética
- Máquinas
- Equipos de protección individual
- Instrumentos de pesaje de funcionamiento no automático
- Dispositivos médicos implantables activos
- Aparatos a gas
- Equipos terminales de telecomunicación
- Requisitos de rendimiento para calderas
- Explosivos con fines civiles
- Productos sanitarios
- Aparatos y sistemas de protección para uso en atmósferas potencialmente explosivas
- Embarcaciones de recreo
- Ascensores
- Equipos eléctricos de baja tensión


El modo en cómo se regulan las exigencias esenciales de seguridad que afecten a productos en estos campos se explica en las secciones subsiguientes

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Riesgos laborales y daños derivados del trabajo

En el contexto de la seguridad y salud en el trabajo, se define riesgo laboral como la
posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo. Se completa esta definición señalando que para calificar un riesgo, según su gravedad, se valorará conjuntamente la probabilidad de que se produzca el daño y su severidad o magnitud.

Se consideran daños derivados del trabajo a las enfermedades, patologías o lesiones producidas con motivo u ocasión del trabajo. Se trata de lo que en términos más comunes
o tradicionalmente se habla como enfermedades o patologías laborales o accidentes laborales, aunque con un sentido más amplio y menos estricto. Es decir, cualquier alteración de la salud, incluidas las posibles lesiones, debidas al trabajo realizado bajo unas determinadas condiciones.

La salud es un término que todo el mundo asocia al estado o condiciones en que se encuentra el organismo de la persona con relación a su capacidad o ejercicio de las funciones que le corresponden normalmente. Cuando se utiliza este término como ese estado o condiciones cuando permiten el desarrollo pleno, normal, de las funciones o potencialidades del organismo, se habla de la salud plena, de la buena salud, se piensa en
la ausencia de enfermedades. Sin embargo, para entendernos hace falta una referencia o fijar qué se entiende por normalidad. Quizás sirva la definición de la OMS: La salud no es una mera ausencia de afecciones y enfermedad, sino el estado de plena satisfacción física, psíquica y social.