Igualmente resultan de gran sensibilidad los detectores de semiconductores
(generalmente germanio intrínseco o combinado con litio), en los que los pares
electrón-hueco formados por la ionización aumentan momentáneamente la
conducción eléctrica, lo que permite detectar estas partículas. Con el desarrollo de la
microelectrónica está apareciendo una gran variedad de detectores para múltiples
aplicaciones, que van desde la medida ultra-sensible de trazas de sustancias
radiactivas de origen artificial en muestras de sustancias ambientales, al empleo de
dosímetros personales de lectura directa, algunos tan pequeños como una tarjeta de
crédito.
Para contabilizar la cantidad de radiación recibida por una persona (la dosis)
también se emplean emulsiones dosimétricas, más gruesas y menos sensibles a la
.
luz visible que las empleadas en fotografía, en las que los granos de plata ionizados
adquieren un color negro cuando se revela la emulsión, pudiendo establecerse una
relación directa entre el ennegrecimiento y la cantidad de radiación recibida. Otros
dosímetros se basan en el empleo de materiales termoluminiscentes, que por ofrecer
grandes ventajas de tipo práctico se han impuesto como el método más utilizado en
la actualidad. En esas sustancias se libera luz visible al ser calentados, mediante un
proceso que implica dos pasos: 1) la ionización inicial hace que los electrones de los
átomos del material se exciten y salten de las órbitas internas de los átomos a las
externas; 2) cuando se calienta el material y los electrones vuelven a su estado
original, se emite un fotón de luz, que puede ser amplificado y medido al igual que se
hacía con los materiales de centelleo.
Con respecto a los neutrones, suelen detectarse de forma indirecta a partir de
las reacciones nucleares que tienen lugar cuando colisionan con los núcleos de
determinados átomos (por ejemplo, el 3He, o el 6Li). En el caso de los neutrones
térmicos, si se emplea F3B enriquecido en 10B, al colisionar esos núcleos se
producen partículas alfa, fáciles de detectar.
Otros detectores se llaman de trazas, porque permiten a los investigadores
observar las trazas que deja a su paso una partícula. Las cámaras de destellos o de
burbujas son detectores de trazas, igual que la cámara de niebla o las emulsiones
fotográficas nucleares, que emplean los principios comentados anteriormente.
Fundamentalmente se aplican en el estudio de la física de las partículas
elementales.
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