Existe cierta evidencia experimental de la influencia estimulante de la radiación
sobre una variedad de funciones celulares, incluyendo su proliferación y reparación.
Dicho estímulo no ha de ser necesariamente beneficioso, si bien en ciertas circunstancias
la radiación parece ser capaz de estimular la reparación del daño radiológico producido
previamente y de incrementar las defensas naturales del sistema inmunitario. No obstante, los datos experimentales sobre la influencia benéfica de la radiación a bajas
dosis son en general poco concluyentes, fundamentalmente por las dificultades de tipo
estadístico en tales condiciones. Ello impide que puedan ser tomados en cuenta de cara
a la aceptación de límites inferiores de dosis.
Por supuesto, también las dosis terapéuticas, suministradas en el tratamiento del
cáncer y de algunas otras enfermedades, pueden ser, a largo plazo, causantes de
tumores o tener efectos genéticos. No obstante, al administrarse dichos tratamientos
generalmente a personas de cierta edad, y con una corta esperanza de vida si éste no se
aplica, los riesgos resultan plenamente aceptables.
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