domingo, 26 de octubre de 2008

La normativa industrial (I)

Para asegurar la exhaustividad en estos estudios es muy útil el uso de Normativa. La práctica industrial de establecer normas es muy antigua, pues aporta ventajas de numeroso tipo y ayuda a sistematizar y a hacer operativo el estado del arte. No todas las Normas, ni mucho menos, tienen connotaciones de seguridad, pues muchas van orientadas a la estandarización de elementos y dispositivos o al establecimiento y demostración de parámetros de calidad. Aún así, estas Normas no orientadas a la Seguridad suelen tener un efecto indirecto muy positivo en ella, pues la calidad y la estandarización son factores que reducen sustancialmente la incertidumbre de las prestaciones de los materiales y de los productos, y ello contribuye a acotar el carácter estocástico de la seguridad, y a hacer más representativas las estadísticas de las que se disponga.

En este sentido hay que señalar la importancia de los datos actuariales y series estadísticas sobre fallos de equipos, averías, incidentes y accidentes. Ello constituye la única referencia experimental en accidentología real, pues no tendría sentido producir accidentes para estudiarlos. Pero la acumulación de datos puede tener muy poca significación estadística si los componentes y equipos involucrados son totalmente dispares unos de otros. Por el contrario, de responder a una misma normativa, la valoración o representatividad estadística es mucho mayor, y de los datos actuariales
se pueden determinar valores tales como el Tiempo Medio Entre Fallos (MTBF en terminología inglesa) o la tasa de fallos y la varianza asociadas a una tipología dada de sucesos.

De cara a asegurar la completitud del análisis de riesgos es prudente utilizar guías genéricas que se vayan concretando o acotando al caso real en estudio. Por ejemplo, la Directiva Marco europea 80/1.107 CEE sobre Orígenes de Riesgos es una referencia clásica en este ámbito, y en ella se distinguen tres grandes agentes peligrosos

-Químicos (contaminantes, toxicología, materiales agresivos,...)
-Físicos (temperatura, presión, radiaciones, electricidad, energía cinética, ruido y vibraciones,...)
-Biológicos (bacterias, virus,...)

Obviamente una Directiva Marco es demasiado genérica, y en la mayor parte de los casos existe una Normativa mucho más específica que aborda el tema de modo mucho más eficiente. Tal es la situación, por ejemplo, de los productos industriales en general,y en particular los contemplados en las Directivas del Nuevo Enfoque de la Unión Europea, descritas en el capítulo sobre este tema, en este mismo libro.

Habitualmente, las Normas son establecidas por Comités Técnicos donde concurren muchos de los más prestigiosos especialistas del tema que se trate. Podría decirse, con carácter general, que cuando un Comité de esta naturaleza se reúne para establecer una norma, todo el acervo científico de ese tema queda puesto encima de la mesa de discusión.

Estos Comités Técnicos suelen actuar bajo los auspicios de una entidad ad hoc, que en España es AENOR, la Asociación Española de Normalización y Certificación, aunque hay países donde son varias las instituciones que emiten normas. El caso más completo y complejo es el norteamericano. Existe en USA el ANSI (American National Standard Institute) que viene a ser como la institución paraoficial de normalización (standard = norma) pero en USA son muy potentes las Asociaciones sectoriales, y son ellas las que elaboran directamente las normas. Tal es el caso de las ASME (American Society of Mechanical Engineers) las ASTM (American Society for Testing and Materials) las IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineers) las ASHRAE, TEMA, AIP y varias otras.

En el marco internacional hay que dejar constancia de la ISO (International Standard Organisation) que es la referencia fundamental en Normas de Calidad, y en el marco de la Unión Europea existe el CEN, Commité Européen de Normalization, con su rama eléctrica, CENELEC, y la dedicada a telecomunicación, ETSI.

Muchas de las normas elaboradas por una asociación terminan siendo incorporadas a otros cuerpos de normas. Por ejemplo, muchas de las normas ISO devienen normas europeas, EN, y a su vez pueden incorporarse como normas españolas, UNE, o normas alemanas, DIN, o británicas, BS, etc.

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