viernes, 15 de noviembre de 2013

ENTRADA A ESPACIOS ENCERRADOS - Caso

CASO 
 ENVENENAMIENTO POR SULFURO DE HIDRÓGENO 
Un trabajador de mantenimiento entró por una lumbrera de alcantarilla para reparar una tubería y se desmayó en el fondo. Un colega que lo estaba observando entró a la lumbrera, perdió el conocimiento y cayó también al fondo. Un supervisor se asomó por la apertura, vio al supuesto rescatista y entró para tratar de sacarlo. Sin embargo, se mareó, salió del lugar y se desmayó. Cuando recobró el conocimiento, llamó a servicios de rescate y de emergencia. Los dos trabajadores murieron por envenenamiento con sulfuro de hidrógeno (ref. 45)

En retrospectiva, parece que el segundo trabajador y el supervisor no debieron haber entrado al lugar. Sin embargo, el caso 11.2 no es un incidente aislado. Son bastante comunes incidentes de fallecimientos dobles e incluso triples. En la premura de la emergencia, hay una fuerte tendencia a intentar salvar a la víctima, y de alguna forma nuestros procesos de razonamiento no nos dicen que lo que le pasó al primer trabajador nos pasará también a nosotros. Según parece, pensamos que estaremos más alerta a los síntomas que la primera víctima y que saldremos rápidamente en cuanto nos demos cuenta de que estamos sufriendo el mismo destino. La OSHA tiene mucho interés en este riesgo, y durante muchos años reunió datos, opiniones de representantes de la industria y de los sindicatos y propuso formas de redactar una norma que se refiriera específicamente a los riesgos en espacios encerrados. Entretanto, continuó investigando tales fallecimientos y notificando al patrono, apoyándose por lo general en la cláusula de responsabilidad general. A principios de 1993, la OSHA terminó la redacción de una norma para espacios encerrados con vigencia a partir del 15 de abril de 1993. La norma ha cristalizado el sentir de la industria concerniente a lo que debe hacerse a fin de prepararse y evadir los riesgos en los espacios encerrados.

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