martes, 23 de febrero de 2010

Características básicas de la evaluación de riesgos

La evaluación de riesgos consiste esencialmente en un análisis sistemático de las
condiciones de trabajo con objeto de identificar los factores de riesgo, en la valoración de
los riesgos, en el estudio de la posibilidad de eliminarlos y de las medidas de prevención en su caso.

Debe contarse con la colaboración y participación de los trabajadores y de los distintos niveles jerárquicos.

La evaluación de riesgos consta fundamentalmente de las siguientes etapas:

• Identificación de los factores de riesgo (también denominados peligros, si bien este término puede tener otra acepción diferente, relacionada con la inminencia de la materialización del riesgo)

• Identificación de los trabajadores expuestos a los riesgos.

• Valoración, cualitativa o cuantitativa, de los riesgos (Evaluación) existentes.

• Análisis de las posibles medidas para eliminar o controlar el riesgo.

• Decisión sobre las medidas más adecuadas, implantación de las mismas, su mantenimiento y control.



La evaluación debe referirse a los riesgos que pueda entrañar la actividad laboral y que puedan tener una cierta entidad, tanto por una cierta probabilidad de que se materialice como por la significación del daño esperado. En general, no hay porqué tener en cuenta los riesgos comunes de la vida ordinaria que no son motivo de preocupación, salvo que otros factores de las condiciones de trabajo los acrecienten.

La evaluación de riesgos debe afectar a todos los puestos de trabajo. Podrán omitirse otros puestos equivalentes a uno ya evaluado, con el fin de evitar evaluaciones repetidas sin utilidad alguna.


La evaluación de riesgos exige un conocimiento profundo de las condiciones de trabajo.

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