martes, 11 de septiembre de 2012

Efectos somáticos agudos - II

La médula ósea y el resto del sistema de producción de la sangre son de las partes más radiosensibles del cuerpo humano, siendo afectados por dosis tan bajas como 0,5 a 1 Gray. Sin embargo, presentan una marcada capacidad de regeneración, de forma que si sólo se irradia una parte del cuerpo, generalmente sobrevive una cantidad de médula suficiente para reproducir la afectada.

Los órganos genitales y los ojos son también órganos bastante sensibles. Dosis de tan sólo 0,15 Gray que afecten a los testículos pueden provocar la esterilidad temporal del hombre cuando se absorben de una sola vez, mientras que serían necesarios 0,4 Gray/año en el caso de una exposición prolongada; para dosis mayores de 3,5 a 6 Gray, se podría producir una esterilidad definitiva. Los ovarios son bastante menos radiosensibles, aunque dosis entre 2,5 y 6 Gray administradas de una sola vez serían causa de esterilidad, con mayor sensibilidad al aumentar la edad de la mujer. Además, al contrario que el resto de los órganos, los genitales parecen ser más sensibles si la dosis es recibida de forma repetitiva que cuando se recibe de una sola vez, ya que bastarían 2 Gray/año para causar la esterilidad permanente en hombres y 0,2 Gray/año durante largo tiempo para causarla en mujeres.

El cristalino es la parte del ojo más vulnerable a la radiación, produciéndose cataratas y opacidades, que ocurren después de un cierto período, tras una exposición aguda de entre 2 y 10 Gray para radiación de baja LET, mientras que basta una dosis entre 2 y 3 veces inferior cuando la radiación causante sea de alta LET. Para una exposición crónica durante años, el umbral para este efecto se estima en 0,15 Gray/año.

Asimismo, los niños son especialmente sensibles, en particular los huesos y el cerebro, pudiendo verse afectado el crecimiento de los huesos si se reciben dosis relativamente pequeñas. El feto también es muy vulnerable a las lesiones cerebrales, con retraso mental serio, si su madre es irradiada entre las ocho y las quince semanas de embarazo, pareciendo no existir umbral para este tipo de daño, por lo que ha de cuidarse especialmente la no irradiación de la madre -por ejemplo con rayos X- durante ese período
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Del resto de órganos, cabe decir que son relativamente resistentes y de respuesta lenta a la hora de manifestar un daño agudo, siendo tal vez el pulmón el más sensible debido a su complejidad.

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