martes, 18 de septiembre de 2012

Protección frente a exposición externa e interna

Como se ha visto al hablar de la atenuación de la radiación, frente a la exposición externa habrá que jugar con la distancia a la que las fuentes emisoras de radiación se sitúen y con los materiales que proporcionen un blindaje adecuado, al facilitar la interacción y la cesión de la energía de la radiación en los mismos. Por su parte, obviamente, el tiempo de exposición influirá de forma directa sobre la dosis total recibida, siendo en ocasiones el único factor controlable por el usuario. Por ello, un entrenamiento adecuado y una planificación de cada operación a realizar son aspectos claves para la seguridad en el trabajo con radiaciones. Cabe afirmar que distancia, blindaje y tiempo constituyen los tres puntos básicos para el manejo seguro de fuentes radiactivas (Fig. 15).

Por otra parte, para evitar la incorporación de sustancias radiactivas al organismo, principalmente por inhalación o ingestión, en los lugares en donde se trabaje con material no encapsulado (polvo, líquido, etc.) habrá que instalar medios para evitar la dispersión de dicho material o la vestimenta y filtros adecuados al caso. Las sustancias habrán de mantenerse confinadas dentro de barreras suficientemente herméticas que eviten la contaminación del aire o de las superficies en los lugares de trabajo y en el medio ambiente. Este concepto genérico del confinamiento mediante barreras cabe aplicarlo a circunstancias muy variadas (Fig. 16):

  • Así, cuando una fuente radiactiva se utilice en la industria o en la medicina como fuente de radiación externa, es necesario alojar el material radiactivo en una cápsula hermética, simple o doble según el caso. La hermeticidad de las fuentes encapsuladas ha de verificarse con periodicidad semestral o anual. ·
  •  El caso más notable de capacidad de aislamiento de materiales radiactivos es el de las centrales nucleares. En ellas, el número de barreras de contención es generalmente tres, a saber: 1) la vaina del combustible; 2) el circuito de refrigeración o barrera de presión; y 3) el sistema de contención, constituido por el edificio del . reactor, con una “piel de hermeticidad” de acero, sellada en cada una de las penetraciones que presente para el paso de tuberías, cables, etc., y que suele proyectarse con el fin exclusivo de impedir el escape de los productos de fisión en caso de accidente. 
  • De forma análoga, el principal requisito para la gestión segura de los residuos radiactivos es el de mantener su aislamiento por el periodo de tiempo necesario hasta que su decaimiento radiactivo los convierta en sustancias inocuas.

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