domingo, 16 de septiembre de 2012

Efectos sobre el medio ambiente y otros seres vivos - II

Los conceptos de exposición “aguda” y “crónica” han de referirse ahora, respectivamente, a periodos breves comparados con el desarrollo biológico de los organismos afectados o del orden de una fracción significativa de su vida. Una exposición será “elevada” si puede causar un efecto patológico serio y rápido, mientras que se considerará “baja” si ofrece solo efectos marginales sobre la mortalidad, pero puede llegar a causar efectos biológicos observables. Todos estos términos serán relativos dependiendo de a qué especies se refieran: una exposición “crónica” para una bacteria sería una exposición “aguda” para una planta; una dosis “elevada” para un mamífero se podría considerar casi seguro como “baja” para un molusco. La Fig. 14 presenta la respuesta a una exposición “aguda”, en cuanto a la variación entre organismos de la dosis que causase la muerte del 50% de los individuos expuestos.

La información sobre estos efectos procede en su mayor parte de los experimentos realizados por los EE.UU. en los años de la guerra fría. 

La extrapolación de los resultados de dichos experimentos a la evaluación del impacto ecológico de una contaminación significativa del medio ambiente es siempre difícil, pero en la actualidad se están produciendo avances notables hacia una normalización de las evaluaciones de impacto ecológico. Tal vez sea ésta la última cuestión pendiente, ya en curso de estudio, en cuanto a la normativa sobre protección radiológica. La complejidad de los ecosistemas hace preciso basar su protección en evaluaciones integradoras de todos los aspectos implicados. El desarrollo necesario en este sentido pasa por establecer magnitudes y unidades adecuadas para la dosis recibida por las otras especies, modelos dosimétricos de referencia, con geometrías y organismos suficientemente representativos, y medidas del daño y los efectos biológicos causados.

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