jueves, 6 de septiembre de 2012

Fuentes Naturales y artificiales de radiación ionizante - III

Entre las fuentes de radiación ionizante producidas por el hombre destacan especialmente, tanto por su cantidad como por su utilidad, las de utilización médica: las radiaciones ionizantes ayudan enormemente tanto en el diagnóstico de enfermedades como en su curación. Para el diagnóstico son fundamentales los rayos X y el empleo de isótopos en medicina nuclear. Para la curación del cáncer se emplean fuentes intensas de radiación, con las que precisamente se busca destruir las células del tejido enfermo. Sin considerar el uso de las radiaciones en la terapia contra el cáncer, se puede afirmar que la dosis media recibida por la población de un país desarrollado como España, solo con fines de diagnóstico, es del orden de 1,05 mSv por año, aunque algunas personas pueden recibir dosis tan altas como 100 mSv. No obstante, puesto que no todos los países disponen de suficientes medios, las aplicaciones médicas solo representan un 12% (0,12mSv al año) en el promedio de dosis mundial.

La radiación y las sustancias radiactivas tienen numerosas aplicaciones en la industria y en la vida cotidiana: detectores de humo, relojes luminosos, sensores de nivel en tanques y en máquinas para llenado de bebidas, sensores de densidad para la fabricación del papel o de los cigarrillos, fuentes de gammagrafía industrial para verificación de soldaduras en conducciones de gas, etc., son sólo algunos ejemplos de su utilidad. Unidos al incremento de dosis por la radiación cósmica recibida al viajar en avión suponen un pequeño porcentaje 0,3% de la dosis mundial.

La lluvia radiactiva producida por los ensayos de armamento nuclear en la atmósfera en los años 50 y 60 o el accidente de Chernóbil, también suponen una pequeña exposición de la población de todo el planeta, cifrada actualmente en unos pocos microSievert al año (0,007 mSv).

Para terminar, la producción de energía eléctrica también libera radiactividad al medio ambiente. No sólo las centrales nucleares, sino también la combustión del carbón libera radionucleidos naturales. La dosis recibida en promedio por causa de la energía nuclear entre la población de España es inferior a 0,001 mSv, similar a la estimada para el promedio mundial, aunque un pequeño número de personas, en el entorno próximo de las centrales nucleares, puede recibir dosis mayores, que en todo caso no superan los 0,01 mSv al año (Fig. 19). Como resumen de todo ello, las Figs. 8 y 9 representan las dosis medias anuales que recibe la población mundial y la española por todas las fuentes de radiación ionizante.

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