sábado, 24 de agosto de 2013

Depresores

Ciertas sustancias actúan como depresores o narcóticos del sistema nervioso central, y como tales, son útiles como anestésicos médicos. A diferencia de los venenos sistémicos, la acción de depresores sobre el sistema nervioso central es temporal. Sin embargo, algunas sustancias, como el alcohol metílico, son tanto venenos sistémicos como depresores. 
Además de afectar a la salud, los depresores también pueden tener un efecto adverso en la seguridad, porque interfieren con la concentración de trabajadores que operan maquinaria. El depresor más familiar es el alcohol etílico (el que se bebe), algunas veces llamado etanol en la industria. Sus efectos dañinos como riesgo industrial son mínimos, en comparación con los efectos al beberlo. De hecho, el mayor riesgo del etanol en el trabajo está sin duda en la "ingestión voluntaria" de botellas introducidas por los empleados a la fábrica. El etanol no es tan tóxico como el metanol. 
El acetileno, el gas combustible más utilizado para soldar, es un narcótico, pero su peligro para la salud es mínimo en comparación con el riesgo para la seguridad que presenta por incendio y explosión. El acetileno ha sido utilizado en anestesia médica. El benceno es un producto químico industrial muy popular, utilizado principalmente como sol- vente. Es un depresor del sistema nervioso central, un irritante, un veneno sistémico y recientemente ha sido señalado como causante de leucemia. Además, el benceno es un peligroso riesgo de incendio y explosión. La OSHA tiene una película que relata dramáticamente el testimonio, desde la cama del hospital, de un joven que trabajaba con benceno y que ahora está muñéndose de leucemia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario