jueves, 8 de agosto de 2013

SALIDAS

Como las salidas son puertas que dan al exterior, desde el punto de vista de la seguridad se consideran medios de escape, especialmente en caso de incendio. Estas consideraciones son exactas pero incom- pletas. El gerente de seguridad e higiene debe ampliar el concepto con el término general de medios de escape, que comprenden: 
1. La ruta de acceso a la salida 
2. La salida en sí 
3. La ruta de evacuación de la salida
Al pensar en medios de escape en vez de meras salidas, el gerente de seguridad e higiene está en posición de estudiar todo el edificio para determinar si en todas sus áreas hay vías continuas y sin obstrucciones para trasladarse a un espacio público. De esta manera, se debe pensar en escaleras, salones intermedios, puertas interiores cerradas y corredores de acceso limitado. 
Fuera del edificio, hay que detenerse en patios, almacenes exteriores de materiales, cercas, plazas y áreas con arbustos. Uno pensaría que ni los arbustos ni los jardines tienen que ver con la seguridad y la salud; sin embargo, podría ocurrir que los empleados, al escapar de un edificio en llamas (o, digamos, con una tubería de cloro rota) por una puerta de salida, se encontraran con que conduce a un patio confinado por una cerca, árboles densos u otra obstrucción. Casi todos los gerentes de seguridad e higiene experimentan en algún punto de su carrera la molestia de una salida cerrada con llave. 
Se trata de un arma de dos filos, porque muchos gerentes son responsables de la seguridad de la planta. En muchos casos, la única solución práctica es colocar barras de pánico u otros mecanismos para impedir el paso desde el exterior, en tanto que la vía de salida se mantiene libre y sin obstrucciones. En los lugares en los que una salida sin autorización sea un problema de seguridad tan importante como una entrada no autorizada, quizás la única alternativa consista en una puerta con alarma sonora automática. Los diseñadores de instalaciones colocan cada vez más salidas de emergencia sin cerrojo y con esta alarma. Más a menudo que las salidas cerradas, se encuentran salidas obstruidas o bloqueadas. 
La presencia de materiales apilados que obstaculizan la puerta o la ruta de traslado traiciona la finalidad de la salida. Si alguna vez alguien receló de la importancia del requisito de la OSHA de mantener las salidas sin cerrojo y libres de obstáculos, despejó sus dudas en ocasión de la tragedia ocurrida en Hamlet. Carolina del Norte, la mañana del 3 de septiembre de 1991. En uno de los peores accidentes industria- les de la historia de los Estados Unidos, 25 personas murieron y otras 56 quedaron heridas en un incendio que arrasó la planta de procesamiento de aves de Imperial Foods (ref. 80).
El infierno fue controlado, en sólo 35 minutos, pero el daño ya había ocurrido. El edificio de 28,000 metros cuadrados, una planta de helados de los años veinte remodelada, prácticamente no tenía ventanas, y cuando poco después del inicio del incendio las luces se apagaron, los 90 trabajadores presentes se tuvieron que arrastrar en la oscuridad por todo el laberinto del equipo de procesamiento tratando de encontrar una salida. Según se dice, para evitar el robo de productos y mantener alejadas a las moscas, siete de las nueve puertas de salida siempre estaban cerradas o atrancadas desde el exterior. La tragedia cerró la planta permanentemente, y tres miembros de la dirección fueron acusados (cada uno) de 25 homicidios involuntarios: el propietario de la empresa, ahora en bancarrota, el hijo del propietario, que se desempeñaba como gerente de operaciones, y el gerente de planta.

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