martes, 1 de julio de 2014

Efectos fisiológicos - III

Debido a que el alambre y otras partes del circuito consumirán algo de energía, una buena aproximación al flujo de corriente en la lámpara de mesa de 60 watts es de 1/2 ampere, o sea 500 miliamperes, como dijimos. Volviendo ahora a la pregunta de por qué no muere más gente por circuitos ordinarios de 110 volts, usemos la ley de Ohm para determinar cuánto puede limitar la piel el flujo de corriente eléctrica a través del cuerpo. Si está bien seca, la piel es un buen aislante y puede tener una resistencia de 100,000 ohms o más. Utilizando la ley de Ohm, una exposición a 110 volts resultaría entonces en sólo una corriente diminuta:
En la figura 16.1 se puede observar que una corriente tan pequeña ni siquiera será notada. Pero añada cualquier transpiración u otra humedad, y la resistencia se reduce drásticamente. Debido a la sola transpiración, la resistencia de la piel se puede reducir 200 veces, a un nivel de unos 500 ohms con un buen contacto con el conductor eléctrico. Una vez en el interior del cuerpo, la resistencia eléctrica es muy baja y la corriente fluye casi sin impedimento. Si la resistencia total en el circuito es de sólo 500 ohms, la corriente se calcula como
En la figura 16.1 se observa que si una corriente alterna de este nivel atraviesa el cuerpo y alcanza al corazón, probablemente será mortal. Por tanto, si alguna vez ha recibido una descarga eléctrica, y a la mayoría nos ha ocurrido, puede estar contento de que no estuviera sudando lo suficiente, que no tuviera un contacto lo bastante bueno, que la trayectoria de la corriente no pasara por el tronco, que estuviera mal aterrizado o que alguna otra resistencia obstruyera la corriente. De lo contrario, habría muerto por el circuito ordinario de 110 volts, sin importar lo resistente que se considerara a las descargas eléctricas. Los principios y conceptos de los riesgos de electrocución con corriente domestica ordinaria quedan ilustrados en los casos 16.1 y 16.2.

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